Un castillo para una boda de princesa, así se presenta, imponente, este hotel de cuatro estrellas. El Castell d'Empordà, guardián de la herencia cultural de España, es mucho más interesante que otros casillos privados e inaccesibles. En sus instalaciones, novios e invitados se sentirán impregnados de pasado.
El famoso pintor Salvador Dalí ya intentó comprar en 1973 este castillo. No lo logró y sí lo hicieron Albert y Margo que lo compraron en 1999 para transformarlo en un lujoso hotel-restaurante.
Los espacios que ofrece el castillo constan tando de exteriores como interiores, el espacio exterior, Margarit, se presenta como una pérgola multifuncional que da la posibilidad de realizar la celebración en el exterior, disfrutando de las increíbles vistas que ofrece el Empordà. Tiene una capacidad máxima de 220 invitados, pudiendo llegar a un máximo de 27o personas.