Oscar Parrilla utiliza su trabajo para transformar su talento en sensibilidad por la estética y por el arte. Refleja aquellas miradas y rostros llenos de felicidad, para conseguir la fotografía perfecta. Él “fotografía momentos y capta a las personas en esos momentos”.
Su única obsesión es que cada disparo de su cámara encuentre algo importante que contar que no sea una simple fotografía, que si no existe no pasa nada. Cuando trabaja en bodas o con parejas siempre busca la complicidad de esas, miradas que solo reflejan amor, ya que no hay programa que retoque la ilusión, ni la emoción.