Situado en el Cerro del Emperador, junto a un meandro del río Tajo, el Hotel Parador de Toledo ofrece una panorámica inigualable del perfil monumental, con sus más valiosas joyas, como la Catedral, el Alcázar y las sinagogas.
El Hotel ofrece, además, la posibilidad de disfrutar de su refrescante piscina y de planificar actividades relacionadas con la naturaleza. Desde las habitaciones, salones, terraza y piscina se mantienen las bellas vistas de la Ciudad Imperial, mientras que el interior destaca por su amplitud y lujosas instalaciones. Un confortable mobiliario se inserta con vigas, es caleras, barandillas de madera y elementos mudéjares en alfombras y azulejería.
En el comedor, se ofrecen típicos platos castellano-manchegos como la perdiz estofada a la toledana, cordero asado, helado de queso y miel y los mazapanes.