Si quieres q los días previos a tu boda sean un infierno no dudes en contratarlas. Comento la historia desde el principio.Cuando las contactamos por primera vez para oficiar la ceremonia, todo facilidades. Incluso quedamos con Olalla para tomar un café y conocerla. Hasta ahí todo bien.En cuanto le hicimos el ingreso en concepto de reserva, desapareció del mapa por completo y dejó de contestar a los WhatsApp y a los emails (ni siquiera para confirmarnos que habían recibido la transferencia).Díez días antes de la boda, tras ver que no se habían puesto en contacto con nosotros ni con ninguna las personas que iban a hablar en la ceremonia, tratamos de localizarlas, sin éxito. La única llamada en que nos cogieron el teléfono fue para darnos largas (nos dijeron que ya nos llamarían y no lo hicieron).Finalmente, a 6 días de la boda fuimos a su oficina para hablar con ellas y tras un buen chaparrón se comprometió a venir a oficiar la ceremonia Tamara (a Olalla ya directamente la vetamos). Esa misma tarde contactó con todos los que iban a hablar y nos envió toda la documentación, es decir: lo que no habían hecho en casi 2 meses lo hizo Tamara en una tarde.Como colofón final, cuando parecía que no lo podían hacer peor, Tamara llegó tarde a oficiar la ceremonia de la boda... Eso sí, avisó que llegaría tarde 8 minutos antes del comienzo de la ceremonia escribiéndonos a los novios directamente (por si no nos llegaba con los nervios que ya teníamos). En definitiva, cualquier alternativa es mejor que "contar" con ellas.