Cada detalle cuenta en una boda. Todos estos detalles juntos sirven para moldear el espectáculo perfecto, el que todos los novios siempre han deseado. Una de las partes esenciales en todas las bodas es el banquete y dentro de este hay muchos aspectos a tener en cuenta. Y es que aunque lo principal es el menú de bodas, también hay que pensar en la decoración de las mesas y en un detalle que forma parte de ella: la mantelería. Un elemento que puede parecer que pasa desapercibido y que, sin embargo, llama la atención si se descuida. Si no queréis jugárosla en este aspecto, tened en cuenta todo lo que te contamos para elegir la mantelería perfecta…
- 1. Lugar de celebración y presupuesto
- 2. El estilo de la boda
- 3. Colores de la mantelería de boda
- 4. Otros detalles importantes
- 5. Alternativas a los manteles
1. Lugar de celebración y presupuesto
Cada partida debe estar pensada de antemano en el presupuesto de la boda y en este caso juega un papel muy importante el precio, que resulta especialmente engañoso. Porque, aunque no lo parezca, la mantelería es un gasto con el que no contamos y que no debe tratarse a la ligera. Aunque parezca un detalle sin importancia, no lo es y su precio puede subir considerablemente. Pero sí es cierto que normalmente la mantelería suele incluirse entre los gastos del banquete del lugar de celebración y esta no es del agrado de los novios y quieren alquilar la suya sería un gasto extra. De ahí que los novios acaben por aceptar la mantelería que ofrece el espacio por falta de tiempo o presupuesto, y esta no tiene por qué ser la mejor opción.
Antes de pensar en los manteles, lo más importante es cerrar el lugar de celebración y conocer las normas del mismo. Conocer si la incluye en el precio, las opciones que os ofrecen y por supuesto, si en el caso de que no os gusten podríais contratar un servicio de mantelería externa sin ningún cargo adicional por parte del espacio. Una vez que tengáis estas dudas resueltas es momento de pensar cómo es el lugar, qué decoración le va mejor, los colores que predominan y el estilo del lugar. Ya que, lo peor en cuanto a diseño es generar un batiburrillo de estilos y elementos que no casen entre ellos y evidencien una alta falta de buen gusto. Por eso, lo principal es conocer bien el espacio y sus características para poder elegir los manteles de las mesas.
2. El estilo de la boda
Como siempre os decimos, el estilo de la boda que elijáis marcará prácticamente todo y la mantelería al ser parte de la decoración también tiene que ver con esto. Tus manteles perfectos deben tener la misma esencia que el resto de tu decoración. Porque todos los detalles de la boda deberían caminar de la mano y dar vida a una filosofía. Tus manteles deben formar parte de esa filosofía y ello se consigue concretando un estilo. Sea cual sea el estilo, encontraréis un mantel que vaya con él, ya sea una boda más clásica, más moderna o vanguardista o bien rústica o bohemia. Para elegir tanto los manteles como cualquier elemento de la decoración, lo mejor es que contéis con la ayuda de de los wedding planner o de decoradores.
El estilo también se verá afectado por la estación del año elegida y la hora de la boda. No es lo mismo una celebración en pleno invierno en un hotel en la ciudad que una en pleno verano en un jardín al aire libre o en la playa. Por tanto, es importante tener en cuenta todos estos factores a la hora de elegir los manteles de tu boda.
3. Colores de la mantelería de boda
Ten muy en cuenta los colores y no te dejes llevar siempre por tus tonos favoritos. Quizá estos no tengan nada que ver con la vajilla o el espacio y generen confusión. Elige el mantel ideal para tu boda, no solo para ti. Hay una gran variedad de colores lisos y estampados, así que solo debéis dar con aquellos tonos que vayan más con el lugar, el estilo de la boda y por supuesto con la vajilla y la cubertería de la boda.
- Colores vivos: naranjas, amarillos, rojos, fucsias, azules, etc… van ideales para bodas al aire libre y en estaciones calurosas como la primavera y el verano. Los tonos potentes como puede ser el morado queda especialmente bien con vajilla blanca que contraste.
- Colores claros: blancos, marfil, beige y todos pastel muy claritos son perfectos para bodas más clásicas y sobrias en las que no se busca llamar la atención sino crear un ambiente elegante y tradicional. Los tonos suaves como ocres o satinados como dorado o plateado quedan muy bien en bodas de noche que pueden contrastar con puntos de luz colocados estratégicamente en las mesas.
4. Otros detalles importantes
Otro asunto importante es el tipo de mesas con las que contaréis en vuestro gran día. Aunque las redondas suelen destacar en casi todas las celebraciones de este tipo, últimamente se ofrecen variantes que comulgan con otros estilos de bodas como rectangulares o en forma de herradura, entre otras. Antes de decidir el mantel final, resuelve disyuntivas como la elección de las mesas o el vuelo de los manteles, ya que algunos casarán mejor con unas superficies que con otras. Si alquiláis la mantelería de vuestra boda es esencial que conozcáis no solo la forma de las mesas sino también las medidas para poder coger los adecuados. Y por supuesto, además de los colores tendréis que tener en cuenta los tejidos de los manteles que pueden ser muy variados como el lino, algodón, encajes, bordados, etc.
Además de los manteles, una mesa tiene otros elementos principales con que tienen que combinar entre sí y son: los centros mesa y la cubertería y vajilla de boda. Todos y cada uno de estos detalles tienen que formar un conjunto perfecto que combine.
Para las mesas alargadas, los manteles siguen unas normas. Evidentemente, el mantel debe ser más grande que la mesa en todas sus dimensiones. Debe quedar con el pliegue central dividiendo la mesa y dejando dos espacios iguales a sus lados. Además, salvo por las esquinas, no debe tocar el suelo. En el caso de llevar calados, es conveniente colocar otro mantel de diferente color debajo que contraste con el primero.
5. Alternativas a los manteles
Los tiempos cambian y, como en todos los campos, las posibilidades para seguir avanzando crecen. En el mundo nupcial existen múltiples variantes en todas las partidas de las bodas, y la mantelería no iba a ser menos. Las alternativas a los manteles dependen mucho de la superficie que vayamos a utilizar. Si esta es de mármol o de una madera vistosa y resistente, podemos optar por manteles individuales para cada persona y generar contrastes con algunos espacios de la mesa al descubierto. Por otro lado, y siguiendo una línea similar, existen los caminos de mesa, que se encargan de cubrir únicamente la parte del plato. Ambas opciones quedan muy elegantes y modernas al mismo tiempo.
Hoy en día, muchas bodas de corte bohemio o boho chic no cuentan con manteles, sino que colocan el plato sobre la misma superficie o sobre el bajoplato, sin muchas más florituras. A partir de detalles y accesorios, como flores dispuestas en jarrones y cestas, se suele añadir chispa a este tipo de mesas.
Cambiando de tercio, las mesas plegables también triunfan últimamente para ubicar el banquete en jardines, playas o lugares un poco más insólitos. Para ello, es necesario cubrir las patas plegables de las mesas y evitar una imagen desagradable.
Como veis algo que parece que es aparentemente sencillo como los manteles de boda, tiene muchos factores a tener en cuenta y por eso, es importante conocerlos para acertar y elegir los más adecuados para tu estilo de boda. ¡Seguro que el resultado será espectacular!
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