Nueva York, París, Londres… no han podido resistirse a los encantos de la fotografía boudoir. Una manera de resaltar la belleza natural de la mujer de la forma más sensual y provocativa posible, sin necesidad de enseñar de más… ni de menos.
La idea de realizar una sesión fotográfica de este tipo se ha vuelto especialmente popular entre las novias a punto de pasar por el altar, a modo de inolvidable regalo para el novio antes del día B.
El resultado: un álbum que ninguno de los dos olvidará, y donde poder lucir las prendas de lencería más sexy del armario, sin olvidar zapatos de tacón alto, accesorios, y, lo más importante, el anillo de compromiso.
Eso sí: importantísimo librarse de ‘complejos’. De lo que se trata es de pasar un buen rato, y de contar con la experiencia de un profesional experto en este tipo de sesiones, que nos ayude a sentirnos cómodas y cien por cien relajadas en un ambiente tan íntimo.
Adrián Tomadín, uno de los primeros fotógrafos en realizar sesiones boudoir en España, nos lo explica: ‘se trata de conseguir fotos muy bonitas de una chica normal, jugando con la luz, con contrastes, las prendas… Se pueden resaltar y ocultar las partes del cuerpo que ella quiera, según se sienta más o menos cómoda. No hace falta ser como una modelo: se trata de querer verse sexy y orgullosa de su cuerpo tal y como es’.
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