Para muchos, el 2016 ha sido un año para olvidar. Independientemente de lo acontecido en cada vida personal, desde un punto de vista general, el mundo ha sufrido grandes mazazos. La solución estrella parece quedarse con lo bueno, pero tampoco es malo recordar y dar valor a lo mejor de nuestro pasado. 2016 ha sido un año fatídico para el arte: músicos, actores y actrices, cineastas y literatos nos han dejado.
Dentro del panorama musical, al que vamos a dedicar este post y playlist, cuatro iconos del cuarto arte (el primero es la arquitectura; el segundo, la escultura y el tercero, las artes visuales) han compuesto su última melodía. Los cuatro fueron controvertidos y polifacéticos, así como artistas totales e incuestionables. Hablamos de David Bowie, que falleció el 10 de enero; de Prince, que lo hizo el 21 de abril; de Leonard Cohen, que cerró los ojos el 7 de noviembre; y de George Michael, que se despidió el 25 de diciembre. La muerte de este último durante estas Navidades supone un duro palo para los amantes de la música y, en definitiva, de la vida y del talento que ésta alberga. Otros nombres importantes de este arte, aunque menos conocidos, son Paul Katner, Maurice White, Geroge Martin, Frank Sinatra Jr., Manolo Tena, Matt Roberts, Jean Shepard y Sharon Jones.
NOTA: En 2015, Prince retiró su música de Spotify al posicionarse en contra de los servicios en streaming. Para no dejaros con la miel en los labios, hemos incluido sus mejores canciones vía Youtube.
David Bowie
David Bowie se fue a los 69 años, dos días después de publicar Blackstar, su último disco que vaticinaba mediante metáforas el triste final del polifacético artista. Su legado es uno de los tesoros más preciados de la música de los últimos 50 años, contribuyendo a la innovación musical en todos los sentidos y reinventando géneros. Su álter ego Ziggy Stardust fue uno de los causantes de que Bowie calara entre todo tipo de público, mezclando ciencia ficción y teatro en un álbum y puesta en escena que le acompañarían el resto de su carrera como seña de identidad.
Sus sonidos experimentales y letras profundas, dignas de cualquier intelectual, contribuyeron a forjar una figura sin parangón en el mundo de la música. Aunque se movía en el glam rock y puso los cimientos del punk, el artista dio un aire fresco al pop en el momento de máxima decadencia del género, tanto musical como estéticamente (¿quién no recordará su indumentaria provocativa?). Su vida y su muerte fueron arte con mayúsculas.
Prince
Prince fue otro referente musical que, a pesar de la fama que le acompañó hasta su muerte (57 años), consiguió implantarse y casi liderar la década de los 80. Su principal virtud era la combinación de su peculiar voz con el perfecto manejo de un gran número de instrumentos (guitarra, bajo, piano, teclados, sintetizador, clavinet, batería, percusión, saxofón y armónica), instaurándose como artista polivalente y especialista en géneros tales como el R&B, pop, rock, soul, funk, dance, new wave, blues y el jazz. Purple rain se erigió como su álbum más importante, una obra de culto con millones de ventas que contó con una película y una posterior explosión de color púrpura en su estilo, ya célebre en su forma de vida.
Prince rompió la baraja y lo hizo triando de transgresión, excentricidad y de espectáculo puro y duro. Sus afros, plataformas, ojos pintados y trajes delirantes fueron sus señas de identidad desde el punto de vista estético, complementos acordes con una personalidad arrolladora que quiso comerse el mundo. Con el tiempo, su forma de vida artística se renovó en muchas más extravagancias, siempre ligadas a la creatividad de un talento inextinguible.
Leonard Cohen
El cantautor canadiense lanzó su último disco, You Want It Darker, este mismo año, adelantando en sus letras el final que se avecinaba. Lo hizo como siempre, entre el desgarro y el susurro, con las letras de un poeta que, debido a sus dotes artísticas, supo investigar de igual forma en la literatura y la música (recibió el Príncipe de Asturias de las Letras en 2011). Fue un cantautor auténtico, de los que llegan al alma, la remueven y la renuevan. Su vida de excesos, traiciones, aventuras (Janis Joplin fue una de sus conquistas) y fantasmas le permitió colocarse como referente mundial, versionado en múltiples ocasiones (véase su célebre Hallelujah). Su profunda voz, sombrero y misterio fueron sus principales marcas, características que le permitieron disfrutar de una madurez y vejez de éxitos y tropiezos. Aunque no todo fue un camino de rosas, crítica y público siempre le colocaron como parte del olimpo musical.
George Michael
George Michael lo fue todo como artista, primero como parte del dúo Wham! y más adelante como reputado solista. Dentro de la formación de pop británica, George Michael se implantó como un ídolo de masas, con canciones que se convirtieron en himnos, una estética estrambótica y colorista y el carpe diem como bandera en sus letras y shows. Como cantante en solitario, su éxito se catapultó y alcanzó nuevas cotas cualitativas y cuantitativas hasta mediados de los 90, con Faith como álbum referencia y el funk-pop como género más explotado. Los 80 y principios de los noventa fueron sus años dorados (100 millones de discos vendidos).
Hay personajes que, además de destacar en su profesión, se colocan como ejemplos para grandes grupos sociales. Goerge Michael no fue un simple cantante, sino que se convirtió en icono para la comunidad LGBTI al dar un paso adelante tras años de silencio y mostrarse al natural y libre, filosofía que siempre ha mantenido en su vida y en su música. Muchos y muchas jóvenes siguieron la estela de su valentía y comenzaron a ser felices.
Llegados a este punto, echa un ojo a la playlist que te hemos preparado y completa tus listas musicales navideñas con lo mejor de estos grandes artistas. Su música es su mejor legado.
Para otras playlist de renombre, aquí tienes la banda sonora de nuestras vidas: 14 canciones que hablan de una relación etapa por etapa o las 55 mejores canciones de boda de 2016, ¡dale al play!
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