Cómo escoger el perfume de mi boda en 5 pasos

Sensualidad, elegancia y confianza en Narciso Rodríguez for her, lo último del célebre estilista americano.

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El olor es muy importante. De hecho, es el mejor baúl de los recuerdos, capaz de disparar la memoria y hacerla revivir momentos de todo tipo. Y no solo eso: su poder provoca la conformación de personalidades, sensaciones y momentos, además de la posibilidad de agradar, encandilar y reconfortar.

Por ello, tu look de novia merece una exhibición en toda regla con la mejor fragancia posible. Sin embargo, hay varias puntos a tener en cuenta, muchos de las cuales entran en conflicto. A continuación, aprende cómo elegir el perfume para tu boda en solo 5 pasos.

1. Ser fiel a tu perfume de siempre

2. Cambiar por un día especial

3. Recurrir a la ciencia

4. Pensar en la personalidad

5. Buscar la emoción

1. Ser fiel a tu perfume de siempre

Si eres fiel a un perfume desde hace tiempo, o tienes varios en la chistera con los que sueles mostrar tu esencia, ¿por qué cambiar en el día más importante de tu vida? No hay nada como ser identificado con un olor, ya sea el de la piel, el de la ropa o el del perfume; y en tu gran día nada ni nadie debería confundirse. Tú eres tú los 365 días del año, y tu aroma es una de tus señas de identidad.

Tu pareja quiere percibir lo mejor de ti misma, lo que hizo que se enamorara de ti, todo el conjunto, desde lo más superficial hasta lo más profundo. Allí, en toda esa mezcolanza de sensaciones, existe un puesto privilegiado para el olor. Sin duda, tu perfume de siempre es una opción maravillosa y tanto amigos como familiares sabrán apreciarlo. ¿Y crear tu propio perfume? En Aquaflor, una exclusiva Maison de Parfum, puedes hacerlo. Disponen de un taller maravilloso para crear tu perfume personalizado, te enseñan el origen del perfume, las fases del olor, el tratamiento de cada esencia y cómo crear un perfume, de principio a fin.

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Foto: Aquaflor

2. Cambiar por un día especial

Si no tienes un olor característico, si estás cansada de tu aroma de siempre o simplemente quieres cambiar en un día especial, tu boda es un momento perfecto para dar ese paso y, por qué no, empezar con una nueva fragancia.

Para ello, piensa en la época del año, ya que el verano motiva a usar olores más frescos con cítricos como protagonistas, mientras que el otoño y la primavera hablan un lenguaje más sobrio y compacto, aunque muy especial, con aromas de madera que aporten sensaciones más cálidas.

Para una boda, también recomendamos una fragancia que se abra al exterior, que invite a recibir a amigos y que se aleje de la sobriedad. En este sentido, los que mejor encajan son los perfumes florales, muy ligados a conceptos como el amor y la pureza.

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Foto: La Buena Sombra

3. Recurrir a la ciencia

Si quieres encontrar tu fragancia estrella, tanto para tu boda como para el día a día, desde un punto de vista científico y objetivo, recurre a los profesionales. Aspectos biológicos, como la piel o la grasa corporal, entran en juego, ya que no todas las personas aceptan de igual manera los mismos perfumes.

Para elegir el perfume correcto, el pH de la piel es muy importante, tanto a nivel olfativo como a nivel de salud. En primer lugar, es importante saber que el pH de la piel es capaz de modificar el olor inicial de cualquier perfume, por eso no existe un mismo aroma de un perfume para cada persona. Las fragancias poseen unas características concretas por la perfecta mezcla de sus componentes, y estos adquieren una nueva categoría al contactar con la piel de cada persona.

La duración del olor también depende mucho del tipo de piel y de la temperatura de la misma. Las pieles frías y secas no conservan demasiado el olor del perfume, por lo que se aconseja su uso previa aplicación de cremas inodoras y recurrir a fragancias con mayor concentración de aceites esenciales. Estos perfumes también son recomendables para las pieles sensibles que sufren irritación y enrojecimiento.

En el caso de las pieles más grasas y de altas temperaturas se recomiendan perfumes menos intensos, pues suelen mantener mucho el olor e intensificarlo a un nivel que puede resultar abrumador y desagradable. El agua de perfume es una solución perfecta.

A nivel de salud, es importante conocer el pH para saber qué perfume es el mejor para la piel de cada persona. Lo normal es un 5.50; en el caso de estar por debajo, es preferible optar por esas aguas de perfume que impidan la irritación por culpa de una mayor acidez de la piel; en el caso de estar por encima, la excesiva producción sebácea intensifica los olores, pero también pierde defensa ante posibles agentes bacterianos.

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Foto: Alejandra Casaleiz

4. Pensar en la personalidad

Como ya hemos explicado, el olor ayuda a determinar la personalidad de un individuo y por ello no debe dejarse al azar. Y los propios perfumes traen consigo una personalidad que, junto a la del sujeto, confecciona un todo que puede concordar o chirriar.

Para acertar con la fragancia que podría ayudar a mejorar nuestra definición como personas, existen siete familias olfativas que nunca está de más revisar.

En primer lugar, los perfumes florales remiten a la primavera y al romanticismo, y atesoran una versatilidad interesante gracias a la personalidad de las diferentes sensaciones florales. Por ejemplo, el nerolí, la lavanda, margarita y amapola remiten a la ligereza, lo fresco y lo desenfadado; las peonías, nardos, lirios, fresias y gardenias son más fuertes y, por ende, pertenecientes a mujeres con aire exótico y sensual; y, finalmente, las mujeres más románticas y femeninas optan por los despuntes aromáticos de jazmines y rosas.

Los perfumes amaderados basculan entre dos posibles personalidades, pero generalmente hablan de la serenidad, calidez y fuerza de quienes los portan. Pueden ser más frescos y remitir a espíritus más libres si juegan con el pino, el cedro o el bambú, y más sobrios, clásicos e imponentes con tonos de sándalo, gaiac o roble.

Uno de las familias más recurrentes es la de los cítricos. La lima, el limón, pomelo, naranja o mandarina son fuentes inagotables de energía y las personas que eligen estas fragancias corresponden con la misma filosofía. Son activas, con buena actitud, positivas y de espíritu joven.

La familia Fougère, rescatada de la fragancia Fougere Royale de 1882, utiliza la bergamota, madera, lavanda, notas verdes, cumarina y musgo para satisfacer a las personas de personalidad salvaje. Las notas que despierta este aroma surgen de la naturaleza más profunda y misteriosa, pero también son frescas y buscan el equilibrio.

Las mujeres clásicas y sensuales optan por la familia Chypre (el perfume original es de 1917), fresca y cálida a partes iguales, haciendo uso de aromas como la bergamota, rosa, jazmín, pachulí, ámbar, almizcle y musgo.

Una de las familias más serias, la Cuero, tiene personalidad, elegancia y sobriedad. El uso de olores fuertes como las maderas, musgos, tabaco o ahumados remite a personas clásicas pero seguras de sí mismas, que manejan la erótica del poder y son fanáticos del lujo y la comodidad.

Una de las joyas de la corona es la familia oriental, donde se mezclan especias, plantas y aceites balsámicos misteriosos y exóticos. Así, conviven la vainilla, pimienta, cardamomo y clavo con el jengibre, cacao y regaliz y resinas como el ámbar. La sensualidad y la calidez son parte de su seña, así como la personalidad de mostrarse original y destacar.

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Foto: Fabián Luque

5. Buscar la emoción

Como hemos dicho, los olores despiertan toda serie de recuerdos y nos hacen revivir momentos, y son capaces de generar sentimientos de atracción o rechazo difícilmente controlables. Esto se da por la estrecha conexión de estos con el cerebro límbico o primitivo, lo cual les convierte en grandes vehículos emocionales, muchas veces desde que somos niños. Se realiza de manera inconsciente y se activan sensaciones básicas y muy viscerales, por ello los perfumes se elaboran teniendo en cuenta todo su potencial y la capacidad para generar esa atracción. Y casi todos los perfumes están estrechamente relacionados con el bienestar, el buen ambiente y el buen humor, conceptos que el ser humano se esfuerza por conseguir, ya que lo desagradable no suele ser el motivo de ninguna búsqueda.

Al elegir un perfume, la primera prueba determina todo. A través de ella, experimentamos sentimientos de atracción o rechazo y si, dentro de lo bueno, son sentimientos que nos interese desarrollar a menudo. En caso de una fragancia puntual, como podría ser la del día de la boda, quizá busquemos un toque especial y arriesgarnos, ya que no tendría por qué usarse en el día a día.

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Foto: Fabián Luque

Generalmente, el éxito, la seguridad, la belleza y el agrado son sensaciones que queremos transmitir a través del perfume. Porque la imagen mostrada al exterior es importante para nosotros, y el olor ayuda a que esa imagen se sustente o salte por los aires. Así, el perfume tiene un factor social importante que en una boda puede aumentar el atractivo de una persona.

Las familias de Cueros y Maderas suelen venir bien en momentos donde se necesita seguridad, quizá en una boda, pero más en una reunión de trabajo. Para un día o noche así, los Orientales, Foguère y algunos Florales son perfectos, pues casan con situaciones donde prima la seducción y el romanticismo, y tu pretensión es encandilar a tu pareja y a tu público. Los Chypre y Cítricos vienen bien para el día a día, pero quizá sean demasiado ligeras para una boda. En cualquier caso, tu personalidad y la sensación que quieras transmitir determinará la elección final.

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