Aunque a veces les cueste más enseñarlo, los chicos también tienen su correspondiente carga de estrés y nervios antes de la boda. Incluso si siempre intenta ponerte su mejor cara, especialmente si sabe que tú misma estás hecha un manojo de nervios, hay varias cosas que pueden darle bajón a tu chico durante los preparativos y la organización de la boda.
1. No saber el precio de la boda
Todas las bodas conllevan gastos escondidos de los que no somos conscientes: nadie piensa en las tasas que hay que pagar para casarse o el pago extraordinario que conlleva si queremos traer nuestro propio catering mientras se hace el presupuesto inicial. No saber lo que cuestan las cosas, y sobre todo contemplar ojipláticos como el coste total va sumando cifras, puede hacer flaquear las fuerzas de más de un novio. Para que no haya sorpresas, descubrid cómo calcular el presupuesto de la boda.
2. Que la boda lo es todo
La boda domina todas las conversaciones, cada minuto libre del que dispones y hasta en tu teléfono móvil has tenido que desinstalarte alguna app para planificarte mejor. En inglés existe un término para designar el estado de nervios de las novias para las que la boda lo es todo: bridezilla, y aunque para los chicos no existe un ‘palabro’ equivalente, también puede afectarles bastante cuando los preparativos copan cada segundo del día (y de la noche).
3. No llevarse bien con tus padres
Ganarse a los suegros no siempre es tarea fácil: hay que poner empeño y dedicación, sacar a relucir lo mejor de nuestro carisma personal y sobre todo ser respetuosos y educados. A los chicos les pone nerviosos no llevarse bien con los padres de su futura compañera de vida, especialmente todo lo que respecta a la relación yerno-suegro. ¿Qué hacer si no te llevas bien con tu suegra?
4. No tener ni voz ni voto
Si bien hay muchos hombres que estarían encantados de dejar el 100% de la organización de la boda en manos de su pareja, hoy en día es bastante frecuente que los novios se involucren en muchos de los aspectos de la boda, o al menos que se repartan las tareas dependiendo de los intereses de cada uno. Si este es el caso pero aún así te cuesta renunciar a tus propias ideas y siempre acabas tomando la mayoría de decisiones, cabe la posibilidad que tu chico acabe viéndolo como una premonición de vuestra futura vida en común.
5. No estar en forma
No sólo nosotras queremos estar guapísimas y perfectas con nuestro vestido: ellos también piensan en presentar su mejor cara, acertar con el traje que mejor les siente, no fallar con la etiqueta y el protocolo, sorprenderte, ponerse en forma a tiempo y que les veas más guapos que nunca cuando te aproximes al altar. Quieren que te sientas orgullosos de ellos en ese día tan especial, y eso les da un poquito de nervios.
6. El primer baile
Este es un momento de la boda que haría temblar al más duro: se apagan las luces, suena la música y comienza vuestro primer bale como recién casados. Un momento íntimo que sucede ante los ojos de cientos de personas, que no pierden detalle de cada paso de baile. Dar el “sí, quiero” delante de tanta gente también es motivo de nervios, aunque en el caso del vals, encima hay que coordinar movimientos e intentar acertar con pasos que probablemente sólo hayamos practicado unas pocas veces con anterioridad. Os presentamos 23 canciones alternativas para vuestro primer baile de recién casados.
7. Que algo salga mal
Por ejemplo que haya cancelaciones de última hora, que a alguien se le olvide la fecha de la boda, que llueva, que un proveedor no cumpla con lo prometido, que se suspendan los vuelos de la luna de miel, que no tengáis un plan B, que las fotos no salgan bien… es decir, exactamente las mismas cosas que te preocupan a ti.
8. Que te arrepientas
El miedo definitivo y que seguro pone nervioso a más de un novio, aunque no lo reconozcan. El plantón ante el altar de las películas no es frecuente, aunque sí puede suceder que la boda se cancele con muy poco tiempo de margen, y perdáis, de entrada, el dinero que habías pagado a los proveedores a modo de señal.
Este tipo de situaciones generan mucha tensión y suelen ir asociadas a una crisis emocional y de pareja cuando no directamente a una ruptura, amén de las explicaciones que tendréis que dar a vuestras familias e invitados, y la sensación de fracaso asociada a no haber podido llegar a la línea de salida.
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