María y Jaime tenían muy claro como quería que fuese su boda. O al menos, Jaime tenía muy claro que tenía que dibujarse a golpe de fútbol. Y por ello, fueron muchos los detalles futboleros que hubo en ella, que quedaron inmortalizados por las cámaras de Liven Photography.
Para María, que conoció a Jaime primero como amigo, la pedida de mano fue toda una sorpresa: “Me lo pidió en mi casa, durante las navidades de 2012 en las que estaba fuera de Madrid pero vino a verme unos días. Me pilló por sorpresa, pero más que por el hecho de que me lo pidiera fue por la forma de hacerlo. Todas estamos preparadas para que en ese viaje a Roma, en alguna escapada juntos o en una cena especial te lo puedan pedir, pero en un momento tan cotidiano de tu vida, en el salón de tu casa, para eso no estaba preparada y creo que nadie me ha sorprendido tanto en mi vida, me encantó”, recuerda.
Como cualquier novia, María cuidó al máximo su estilismo para el gran día. Haciendo gala de su propio estilo, en el que predomina la sencillez, María apostó por una creación de Pilar Serrá. Elegir el diseño fue lo más difícil para la novia: “No estaba segura de lo que quería, sólo de lo que no quería (velo, grandes colas ni volúmenes). Así que Pilar me dijo en la primera visita que tenía que decirle que quería y que hasta que no lo supiese no volviese. Ella no te impone nada, quiere que la novia se involucre y decida el vestido que ella quiere”. Tras buscar en blogs y después de ver muchos vestidos, surgió la idea: “Era una combinación del vestido de una invitada que llevaba un cinturón con un nudo hecho con la misma tela que su vestido verde, que me pareció original; y de una foto antigua de una novia en la que la espalda se formaba con una capa”.
Como complementos, un precioso tocado de Suma Cruz elaborado con hojas y flores secas y una sortija de diamantes, zafiros y platino que había pertenecido a la abuela de María. Tampoco faltó el ramo a base de astrantías que María encargó en una floristería cercana al lugar de celebración.
Para la peluquería y el maquillaje, apostó por Beny Sanz, recomendada por sus amigas. Los tonos naturales y un recogido con el que ella se sentía muy cómoda hicieron que María quedase encantada con el resultado.
Jaime, por su parte, apostó por el clásico y elegante chaqué para un día tan especial. El resultado fue justo tal y como él quería y muy sonriente y confiado caminó del brazo de su madre hacia el altar.
La Abadía de Párraces fue el lugar escogido para la ceremonia y el convite. “Fue de los pocos sitios que fuimos a ver y nos encantó en seguida, me pareció un sitio muy especial, distinto a todos los que había visto en otras bodas y no dudamos”, cuenta la novia.
Tanto la llegada de María, bajo la emocionada mirada de Jaime, como el resto de la ceremonia, estuvo lleno de momentos de gran emotividad que fueron captados por las cámaras de Liven Photography. Toda la abadía estaba decorada a base de yedra, eucalipto y paniculata, además de distintos árboles con macetas forradas de arpillera decorando en la entrada de la Abadía, Capilla, Pozos, etc.
Tras la boda llegó el turno del convite servido por el catering La Blonda. Y entonces fue cuando los invitados se percataron de la futbolera decoración que los novios habían preparado junto a Elena Dieguez Loira, que actuó como wedding planner. “La temática de la boda tenía que ser de futbol, por petición expresa del novio. Así que pintamos 33 maniquís articulados que se usan como modelos para pintar de 33 equipos, La Roja, El Madrid de Di Stefano, El Súper Depor, El Ballet Azul, El Athletic de Clemente etc. De ellos colgaba el nombre de las personas de la mesa e incluimos un tríptico con la historia del equipo. Además, el mesero estaba forrado de una tela de mapamundi y con chinchetas y lana colocamos todas las mesas en relación con los distintos países de donde eran los equipos. Luego tanto en el photocall como para el fotomatón incluimos camisetas y atrezo de futbol todo diseñado y preparado por Elena Dieguez Loira”, recuerda la novia.
Y es que, si la boda de María y Jaime fue especial por una cosa, fue sin duda la ilusión con la que los novios prepararon cada detalle y las miles de anécdotas que quedaron gracias a la participación y alegría de todos los invitados que disfrutaron del gran día tanto o más que los novios. ¡Muchas felicidades a los dos y gracias por compartir vuestro gran día con nosotros!
Si te ha gustado esta boda, no te pierdas la de Eva y Jorge, marcada por ilusiones que ellos convirtieron en preciosos detalles, ni la de Aina y Medir, un enlace en el que el romanticismo fue protagonista.
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario