Aunque la vida está repleta de momentos mágicos, el día de la boda suele ser uno de sus acontecimientos estrella. Según pasa el tiempo, ese trofeo sigue brillando con una luz especial.
Aun así, la boda trae consigo unas expectativas que, además de generar ilusión, provocan confusión, desorden y cierto estrés. Si a ese entramado de elucubraciones le añadimos el ajetreo que supone la preparación, el cuento de hadas deja en duda el final feliz. Todo ello explota en pensamientos peligrosos, como el miedo al desastre y el pánico escénico. Si ya eres tímida/o de por sí, la presión incrementará esa dañina inseguridad. Rosario Linares, psicóloga de El Prado Psicólogos, nos ha comentado múltiples técnicas con base científica para reducir esa pesada carga.
Busca ejemplos positivos
Para afrontar los problemas de la vida, es beneficioso dejar la negatividad a un lado y hacer acopio de todos los recuerdos o imágenes positivas que guardemos en nuestro cerebro. “Puedes aplicar lo que se conoce como ‘aprendizaje por observación inverso’, es decir, en vez de obsesionarte con todos los ejemplos de bodas que han ido mal, céntrate en buscar ejemplos positivos que te transmitan confianza y seguridad”, nos aconseja Rosario Linares.
Esta estrategia está relacionada con los experimentos llevados a cabo en reputados centros de investigación estadounidenses. Profesionales de la Universidad de Stanford comprobaron que los niños con fobia a las serpientes reducían su temor si veían a otras personas interactuar con los mencionados reptiles y, en definitiva, con el temor. Es una forma de enfrentarse al miedo, aunque sea desde la distancia. Asimismo, neurocientíficos de la Universidad de Columbia determinaron que algunos miedos no nacen directamente en las personas, sino que se contagian ante las reacciones de temor ajenas. Por ejemplo, en un parque de atracciones, experimentamos el miedo cuando alguien se ha enfrentado a una montaña rusa y lo ha pasado realmente mal, aunque nosotros no hayamos probado todavía la atracción.
Lo importante es disfrutar
En ocasiones, el mayor peligro es uno mismo. “Tu diálogo interior puede convertirse en tu peor enemigo ya que solo te hace imaginar los peores escenarios posibles. Obviamente, de esta forma alimentas el miedo y la ansiedad, por lo que es importante que te mantengas atento/a a ese diálogo y detengas a tiempo las ideas negativas“, cuenta Linares.
En esas circunstancias, surgen preguntas que nos llenan de tensión en los momentos previos, alimentadas por la inseguridad y el permanente análisis mental de la situación o situaciones que podamos encontrarnos. “Preguntas como ‘¿Qué pasará si resbalo mientras camino al altar?’ solo sirven para añadir una tensión innecesaria; por tanto, sustitúyelas con frases como ¡Pase lo que pase, será un día especial y lo disfrutaré'”, recomienda la psicóloga. Aunque siempre se aspira a la perfección en momentos tan señalados, esa idea debe desaparecer en detrimento de la diversión. De esta forma, en lugar de sufrir ante ese universo de hipótesis e incertidumbres, la tranquilidad podría provocar que, efectivamente, todo salga redondo.
Un poco de estrés es bueno
Hay artistas que nunca pierden el miedo escénico, aunque lleven décadas mostrándose en público. Rosario Linares nos comenta que “Bruce Springsteen contó en una entrevista que una vez, antes de uno de sus conciertos, se sintió extremadamente relajado. Sin embargo, en esa ocasión no logró dar el máximo de sí como cuando se sentía un poco nervioso“.
Una boda es un momento único y los nervios son comunes en todos los novios. “Una pequeña dosis de estrés (estrés positivo) no es negativa, al contrario: te brindará una energía adicional, ya que activa la producción de adrenalina”, nos informa la profesional. Es necesario ser consciente de ello, pero sin recrearse. Si así fuese, entraríamos en un círculo vicioso que solo empeoraría la situación y potenciaría los malos pensamientos. Para combatir eso, Linares afirma que “lo más conveniente es adoptar una actitud mindfulness: nota cómo te sientes y no enjuicies esas sensaciones, simplemente déjalas ir“.
Visualiza la ceremonia
Una de las grandes armas para acabar con el miedo escénico es la visualización. Así lo cree Rosario Linares, porque cada vez que se visualiza la ceremonia, el cerebro proyecta cada momento y es como si realmente ocurriera. “De esa forma, cuando llegue el gran día, no estarás tan nerviosa“, añade.
Para dar valor a la visualización, desde El Prado Psicólogos se apoyan en un estudio realizado por la Universidad de Harvard. Durante el experimento, un grupo de personas practicó una pieza musical compleja con un piano; otro grupo debía practicar la misma pieza solo en su cerebro. Aunque no todos habían tocado realmente el piano, se apreció una expansión en la corteza motora de ambos grupos tras un análisis de su actividad cerebral. La conclusión final de Linares determina que la visualización aplaca la ansiedad entregando el control de la situación en las manos de los verdaderos protagonistas de esta historia: vosotros.
Si sufres el mal de la ansiedad ante la idea de aparecer en público, sigue estos consejos y concéntrate en ser feliz. Es lo único importante.
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