La historia de Corina y Fernando es la de dos compañeros de trabajo que, con el paso de tiempo y la ayuda de Cupido, se convirtieron en algo mucho más especial: primero en novios y luego en marido y mujer. Su preciosa boda, celebrada en el mágico enclave de Los Claustros de Ayllón (Segovia) quedo perfectamente retratada por César y José de Zarallo-Moya fotografía que supieron captar cada detalle de la boda y cada gesto y mirada de los novios.
Tras decir sí quiero a una pedida de mano en el monte Tibidabo, Corina y Fer empezaron a preparar su boda que, desde el primer momento, tuvieron claro que estaría llena de detalles.
Teresa Luján fue la elegida por Corina para diseñar su vestido de novia, una preciosa y sencilla creación que realzaba su belleza. Sentirse parte del proceso creativo de su vestido fue, para la novia, una experiencia mágica que recuerda con cariño: “Todo el vestido se realizó tomando como base las ideas que le conté a Teresa en mi primera visita a su taller. Yo misma elegí las telas que quería para mi vestido en José María Ruiz y la pasamanería, la descubrió mi madrina en la misma tienda”.
Como joyas, Corina lució su anillo de pedida, una alianza de oro blanco y diamantes blancos en talla princesa de la joyería Suárez, y unos pendientes de perlas y brillantes que le había regalado su abuela. Los zapatos, unos preciosos salones de color nude en charol de Jimmy Choo y un precioso ramo en tonos rosas, azules y blancos diseñado por Manuela, de Arribas decoración, que se encargó también de la decoración floral de Los Claustros, completaban el conjunto.
Para su peinado y maquillaje, la novia apostó por la naturalidad. Confió en la recomendación de Los Claustros y escogió a Alegría Makeup. “Hicimos varias pruebas en Madrid y el día de la boda vinieron al hotel de Los Claustros de Ayllón, montaron un salón de peluquería y maquillaje en la biblioteca y nos maquillaron y peinaron a mi madre, mi suegra, mi cuñada y a mí. Estuvo fenomenal hacer esta “beautyparty” con comida incluida antes de la boda para relajarnos”. Como toque final a su peinado, Corina lució una diadema de pasamanería que se ajustaba por encima de su moño y que adquirió en OneT´s. “Es mi pieza preferida de mi look de novia ya que encajaba a la perfección conmigo, con mi vestido y con el look general de la boda”.
Fernando, por su parte, estaba muy elegante con un chaqué de estilo inglés en gris oscuro de Anglomanía que complementó con una corbata azul que daba el toque de color a su look.
La llegada de Corina a Los Claustros de Ayllón, donde se celebraron tanto la boda como el banquete y la fiesta posteriores, fue uno de los momentos más emocionantes del día: “El mejor momento fue la llegada de la novia por los jardines hasta el claustro donde se celebraba la ceremonia, el claustro a media tarde con el sol ya cayendo y las murallas derruidas del monasterio impregnado de vegetación. Toda la ceremonia fue muy emotiva con la intervención de amigos y familiares y el momento de los votos. Quizás sea el lugar y momento más bonito de nuestras vidas”, explican los novios.
Y es que, la ceremonia estuvo llena de gestos y miradas cómplices entre los novios y sus invitados que acabaron con alguna que otra lágrima derramada por parte de los nuevos esposos.
Tras el sí quiero, las inmediaciones de Los Claustros de Ayllón fueron el lugar elegido por los novios para hacerse sus primeras fotos de casados. Instantáneas captadas por los chicos de Zarallo-Moya.
Posteriormente, tanto los novios como sus invitados pasaron a uno de los salones de Los Claustros donde tuvo lugar la cena servida por el catering Vatelia en un mágico ambiente creado por Arribasdecoración.
Tras la cena, Corina repartió el ramo de novia entre sus amigas casaderas y tanto ella como Fer entregaron ramos a las mujeres más importantes de sus vidas: sus madres y la abuela de la novia. Como detalles para sus invitados no faltaron las bailarinas para los pies, chales para el frío de la noche y unos clics de playmobil vestidos de novios para aquellos amigos que estaban prometidos o que los novios querían que pronto se casasen.
El baile de los novios al son de My gift is my song, de la banda sonora de Moulin Rouge, dio paso a la fiesta en la que tanto los novios como sus invitados disfrutaron hasta el amanecer. ¡Enhorabuena a Fer y Corina y muchas gracias por compartir vuestra boda con nosotros!
Si te ha gustado esta boda, no te pierdas la boda de Elena y Sergio a quienes unió una lesión, ni la de Lorena y Tito, un enlace en el que mandó la originalidad.
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Comentarios (1)
Escribir un comentario