Rocío y Borja se dieron el “sí, quiero” el 21 de noviembre de 2015 en Barcelona. Se conocieron a través una pareja de amigos en común, y después de nueve años como novios decidieron dar al paso de casarse. Su gran día fue capturado por el objetivo de Carla Aymat Photography, consiguiendo plasmar bonitos momentos que recordarán toda su vida.
Los novios
Rocío tenía claro cómo quería que fuera su vestido: manga larga, espalda al aire, mucha caída, con toques lace para darle un guiño flamenco… Para ello apostó por el diseñador Jordi Anguera, quien entendió desde el primer momento el estilo del vestido con el que ella soñaba. Para cumplir con la tradición de algo prestado, su prima le dejó el velo.
En cuanto a las joyas, la novia únicamente llevó unos pendientes de su madre de color azul y con forma de lágrima. Además, por supuesto, los anillos de pedida tanto de Borja como de sus padres.
Los zapatos que Rocío quería no eran los clásicos de color blanco. Cuando se encontró de casualidad con unos tacones de color azul tinta en una tienda, supo que estaban pensados para su gran día. Todos los detalles de boda eran de este color: las invitaciones, los vestidos de los pajes…
Del maquillaje se encargó Laura, una de las mejores amigas de Rocío. Ella consiguió un look natural, justo lo que buscaba la novia. La novia contó con Anara para hacerse tratamientos estéticos y conseguir un aspecto muy bonito y saludable. El peinado elegido fue un recogido sencillo: el pelo suelto con un pequeño pasador de India.
El ramo de novia fue creación de Flors Farrés. Rocío no dio demasiadas indicaciones sobre cómo lo quería, simplemente buscaba flores silvestres, con toques azules y mucho verde. Finalmente pidió que le añadieran alguna rosa de pitiminí, como el ramo que en su día llevó su madre.
Borja, por su parte, llevó un chaqué de Traje Señor con corbata azul cielo de Loewe. Los accesorios que él lució fueron el reloj de pedida que Rocío le regalo y unos gemelos de onix que ella también le regaló el día de su graduación. Por aquel entonces ella le hizo prometer que la llevaría al altar con estos gemelos.
La ceremonia
La Basílica de la Mare de Deu de la Merce fue el lugar elegido para llevar a cabo la ceremonia. Las flores de la iglesia también fueron a cargo de Flors Farrés. De nuevo las flores eran sencillas y los bancos y el altar estaban decorados con ramilletes de paniculata.
El banquete
Tras la ceremonia la fiesta siguió en Mas Bonvilar en Terrassa. Bao Bab estuvo a cargo de la decoración de la masía. Los novios no quería recargar demasiado el ambiente, por lo que apostaron por centros de mesa altos con velas. El resultado final fue algo parecido a un bosque de hadas.
Para el catering confiaron en los servicios de Aspic. Ellos se encargaron de poner diferentes puestos de comida donde cocinaban en directo, además los camareros pasaban continuamente con aperitivos. Los invitados quedaron muy satisfechos con el menú.
Baile de los novios
Rocío y Borja tuvieron dos bailes el día de su boda. Inauguraron la fiesta con un vals y como homenaje a su madre bailaron una sevillana de nombre “Viva el amor”. Los novios se pasaron semanas aprendiendo a bailar juntos al padre de la novia y sus hermanos. Lo recuerdan como un momento muy especial y emotivo.
Al finalizar la boda hubo una mezcla de sentimientos: felicidad absoluta, agradecimiento a los padres por el esfuerzo y a la familia y a los amigos por la ilusión, nostalgia por las ausencias… Una sensación que Rocío y Borja la definen como indescriptible. Nunca olvidarán su gran día.
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Fotografía: Carla Aymat | Vestido: Jordi Anguera | Peinado: Anara | Accesorios: India | Deco floral y ramo: Flors Farrés | Traje de novio: Trajes Señor | Decoración: Bao Bab | Lugar de celebración: Mas Bonvilar | Catering: Aspic
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