El primer aspecto a tener en cuenta como marido y mujer (o como pareja que comparte una vida y, en consecuencia, gastos) es la sensatez. Aunque lo emocional nos apasiona en Zankyou, una relación implica un importante grado de inteligencia y practicidad para colocar una base sólida que ahorre muchos problemas. Esta red de seguridad siempre tiene que ver con la economía y el pragmatismo. En esta ocasión, nos centramos en los vehículos. ¿Queréis compraros un coche juntos? Aquí algunos consejos para no meter la pata.
¿Necesitáis coche?
Es cierto que los viaje largos por el país de residencia pueden solucionarse con vehículo propio, pero siempre hay alternativas económicas (transporte público, Bla Bla Car…) que pueden ayudar y evitar un dispendio en el coche y en la manutención del mismo (talleres, aparcamientos…). En la ciudad (o pueblo), tener un vehículo no es necesario, pues los transportes públicos de grandes ciudades funcionan con eficacia y regularidad, y también cuentas con coches eléctricos (Car2Go y Emov). ¡Asumid un espíritu ecológico! También disponéis de servicios de transporte como Cabify, Uber o taxis para emergencias.
En caso de vivir en un lugar más pequeño, os animamos a probar la bicicleta, como hacen los ciudadanos de numerosas ciudades europeas (Ámsterdam, Copenhague, Hamburgo…), y caminar, siempre con la intención de reducir la contaminación y motivar el ejercicio físico. ¿De verdad necesitáis compraros un coche? Quizá podéis destinar ese dinero a un asunto más importante.
Tamaño del vehículo
Algunas personas consideran que su primer coche debe ser vergonzosamente grande. ¿Por qué? Por las películas, la publicidad, los complejos y un ridículo gusto por alardear. Ante este dilema del tamaño, lo ideal es utilizar la cabeza y saber en qué situación nos encontramos. Varias preguntas: ¿tenéis hijos?, ¿pensáis tenerlos ya?, ¿tenéis garaje? De momento, sois solo dos. Si un gran espacio no es 100% necesario, intentad adaptaros a vuestra vida y empezad por el principio.
Os queda mucha vida para compraros ese gran coche que os permita meter a toda la familia (perro y gato incluidos) y gastar en combustible sin que os duela el bolsillo (ojo también a este dato, muchas veces relacionado con el tamaño del coche). Además, el tamaño del vehículo, en ocasiones, va ligado al precio, y a casi todas las familias de nuevo cuño no les sobra el dinero. ¡Los comienzos son duros!
Precio del vehículo
En la sociedad consumista en la que vivimos, el gusto por comprar artículos innecesarios empieza a ser una constante. Por ello, muchas parejas aplican este error a su coche, que debe ser el mejor del lugar cuando todavía no tienen una economía solidificada. Además, este tipo de vehículos costosos suele traer mayores gastos en reparaciones, y su consumo, en ocasiones, suele ser mayor que el de algunos coches más económicos.
Los Millennials han tenido menos suerte que sus predecesores y, en la mayoría de los casos, no están en posición de gastar tanto sin necesidad. Además, debido a su corta edad, todavía no poseen los ahorros necesarios para afrontar un gasto de estas características. ¡Tranquilos! El cochazo con el que siempre habéis soñado dormirá en vuestro garaje, pero esperad antes de tener que hipotecar a vuestra familia.
Realidad
Analizad vuestra situación actual y pensad en el mejor coche para personas como vosotros. La seguridad es muy importante y por eso no os aconsejamos comprar el coche más barato, pequeño y deficiente del mercado. Evidentemente, los extremos nunca son beneficiosos, por lo que debes optar por un vehículo que cubra vuestras necesidades diarias y, a su vez, os sirva para moveros lejos del lugar de la rutina. Un coche entre pequeño y mediano estaría bien para esos primeros años de matrimonio, que no gaste demasiado y cuya marca os resulte fiable. ¡Informaos bien! Además, os aconsejamos seguir aprovechando las mieles del transporte público, pues a veces es absurdo despertar al coche y sacarle de paseo cuando, sinceramente, debería seguir durmiendo.
El futuro
El futuro es incierto para todas las parejas. Aunque no siempre es seguro, el buen hacer laboral fortifica la economía familiar y, como conecuencia, permite ciertos desembolsos sin notarlo demasiado. Además, poco a poco, la situación dentro de las familias varía y es necesario tomar ciertas decisiones prácticas. Comprar un coche más grande y algo más costoso es algo que acabará sucediendo, pero, por suerte, vuestra situación será mejor, más aún si el trabajo va por buen camino.
Como consejo final, os invitamos a no dejaros llevar solo por lo práctico. Tener un coche bonito no está reñido con que este sirva para toda la familia. Los monovolúmenes, aunque tremendamente útiles, no son la única solución para viajar en familia. Cuando conduzcáis, intentad sentiros los reyes de la carretera. Para ello, elegid el coche que se adapte mejor a vuestra personalidad, siempre y cuando parta de una base sensata.
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