Hay momentos en la vida que resultan especiales. Se pueden contar con los dedos de la mano los días que uno etiquetaría como los más felices de su vida. La boda es siempre uno de ellos y así fue también para Patricia y Eduardo que escogieron al fotógrafo Josh Devotto para inmortalizar cada momento en un excepcional reportaje que hoy compartimos con vosotros.
La boda de Patricia y Eduardo fue especial. Sencilla pero diferente, desde el lugar escogido para el enlace hasta los detalles que regalaron a los invitados (un chal para ellas previendo el frío de la noche). Para que todo saliese perfecto, la pareja confió en las wedding planner de Singular Wedding para la organización de su boda. Se encargaron de que nada faltase ni para los novios ni para los invitados y sus últimos retoques fueron lo primero que Josh Devotto captó con su cámara.
Después llegó el momento de vestir a la novia y con él, uno de los más especiales. Se desvelaba el secreto mejor guardado de toda novia, el del vestido que, en el caso de Patricia, tenía un importante valor sentimental: era el vestido de novia que había utilizado su madre actualizado por la modista Elena Cabanillas que logró crear un nuevo diseño sin perder el toque vintage y el espíritu del vestido original.
El maquillaje natural escogido por la novia, junto a su peinado, un recogido bajo trenzado, daban a la novia un toque romántico que combinaba a la perfección con el tipo de boda elegido, una ceremonia sencilla en una pequeña Ermita situada en medio del campo a pocos kilómetros de Mata de Alcántara (Cáceres).
Y como no, durante la ceremonia, Josh Devotto quiso reflejar en sus fotografías la emoción de los novios, sus miradas, las lágrimas de Patricia… Momentos todos ellos que, cuando pasen los años, les ayudarán a recordar cada detalle de lo que vivieron.
La celebración de la fiesta fue también especial. Desde Singular Wedding se encargaron del montaje de una carpa en medio del campo y ese se convirtió en el escenario de ensueño para la boda de Eduardo y Patricia. Un lugar sencillo para una pareja sencilla y diferente, con una sensibilidad especial en la preparación de su enlace.
Y tras la cena, el baile, también al aire libre, en el que los invitados disfrutaron con las gafas, sombreros y demás atrezzo que los novios habían preparado y con la candy bar preparada por Dulcidea, empresa de la propia Patricia. ¡¡Un fin de fiesta espectacular para una boda diferente!!
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario