Patricia y Jorge se conocieron en Sevilla, donde ella estudiaba, pero el amor no surgió hasta varios años más tarde que volvieron a encontrarse, esta vez en la capital madrileña.
Tras dos años de idas y venidas entre las dos ciudades, decidieron comenzar su vida juntos en tierras sureñas y vivir plenamente su amor, un amor capturado por los excelentes profesionales de Momem Fotografía, un equipo de fotógrafos que consiguieron captar a la perfección todo lo que los novios querían.
Como no podía ser de otra forma, esta bonita relación terminó en boda, una preciosa boda en Madrid, lugar de nacimiento de la novia y al que algún día le encantaría volver. La pareja tenía claro que quería una celebración por todo lo alto y que rebosase estilo y glamour, por ello contaron con La Colombine Eventos, un equipo de wedding planner que se encargó de hacer realidad el sueño de Patricia y Jorge.
Para el gran día, Patricia eligió un vestido de novia realizado en el atelier de Isabel Nuñez, un modelo espectacular y muy elegante que destacaba por la bonita espalda con encajes.
Como complementos, lució un tocado de inspiración artdeco, con una fuerte implicación sentimental ya que fue el mismo que usaron su abuela y su madre el día de sus bodas. Como joyas, llevaba unos pendientes y anillo con zafiros azules y brillantes, diseñados por Laura Eslava.
Para los zapatos confió en Calzados Resán y eligió unos monísimos peeptoes en color rosa palo. Del peinado y maquillaje se encargó el peluquero sevillano Luis Ramos que consiguió en la novia un look sencillo pero muy romántico. ¡Estaba guapísima!
El ramo, como viene siendo tradición en su grupo de amigas, se lo regalaron ellas, fue una preciosa sorpresa de La Sastrería de las Flores.
Por otro lado, el novio escogió el traje y la corbata en la tienda sevillana London, y la camisa en Fields Madrid. Los gemelos eran de un mercadillo de antigüedades en Brooklyn Ny, eran teclas de máquina de escribir antiguas con sus iniciales, ¡un regalo sorpresa muy original de Patricia! ¡Estaba guapísimo!
La ceremonia fue en la Ermita de Húmera, en Pozuelo de Alarcón, donde la pareja vivió momentos muy emotivos junto a sus familiares y amigos, como muestran las especiales imágenes. Calidad, estética, delicadeza y una bonita historia de amor en un reportaje fotográfico lleno de sentimientos.
Tras estos momentos tan especiales, dieron paso al banquete, que se celebró en la Finca las Tenadas, un lugar maravilloso decorado a la perfección por La Sastrería de las Flores. Jugaron con las flores invernales para hacer de cada espacio un rincón mágico y acertaron de lleno.
En las mesas de los invitados, los novios dejaron una carta de agradecimiento escrita a mano y personalizada, “todos nuestros invitados se emocionaron y lo agradecieron mucho, fue un gran trabajo pero mereció la pena”, cuenta Patricia.
Para el menú apostaron por el Catering La Blonda, un éxito. “Todavía nos llaman para decirnos lo buena que estaba la comida, en especial la tarta árabe que pusimos de postre, todo el mundo repetía, fue un gran acierto”, confiesan los novios.
Tras ello, pasaron a la fiesta, “fue increíble, nadie paró de bailar gracias al dj Mickey Pavón y al saxofonista Francis Sax”, cuenta emocionada la novia. ¡Fue una sorpresa! Al igual que el fotomatón con el que los invitados pudieron llevarse un grato recuerdo del gran día y la candy bar deliciosa que puso el toque dulce a la celebración. Como punto final, la boda terminó con una recena que a muchos nos encanta, hamburguesas del Mc Donalds, ¡triunfaron!
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