Lo que comenzó siendo un amor de verano, terminó 12 años más tarde en boda… En este caso, Sara fue la que organizó una pedida de mano maravillosa. Con motivo de su aniversario, llevó a Carles a un sitio especial, una cabaña en un árbol. Se trata de cabañas muy bonitas, hechas con mucho gusto que se iluminan con velas y se encuentran en medio de la naturaleza. Por la mañana, cuando Carles se despertó, le pidió que se casara con ella. “No usé anillo de compromiso, sino dos pequeñas ramas de árbol que simbolizaban dos alianzas recordándonos ese día tan especial”, explica Sara.
Los novios
La boda se celebró el 30 de abril de 2016 en la Iglesia de Sant Romà. “Nuestra idea era casarnos en medio de la naturaleza pero la lluvia nos obligó a cambiar de plan poco tiempo antes de la celebración”, apunta la novia. Aún así, la ceremonia fue de lo más emotiva… Sara escogió un vestido con capa de Rembo Styling que adquirió en La Núvia Pim Pam, un diseño sencillo y elegante, “no quería verme disfrazada, sino yo misma, por ello, escogí un vestido original, diferente, con la espalda abierta. Neus y su equipo se encargaron de conseguir a la perfección el modelo que yo quería”, cuenta. Se trataba de un vestido lleno de detalles: encajes hechos a mano con mucho gusto, abertura delicada en la espalda y una capa que le daba un toque muy dulce al conjunto.
Además, Sara lució la alianza, de la joyería Salvador Mallol Joier, unos pendientes de la Galería Meco, una pulsera como recuerdo de su abuela y unos zapatos de Chie Mihara muy cómodos y elegantes. El ramo de novia, obra de Espai Flors, era una composición basada en la mezcla de colores, atrevido y a conjunto con el vestido de Sara y la decoración de la boda. La novia estaba preciosa, el maquillaje y el peinado los dejó en manos de Anna Merino e Irene Ballesteros.
Carles, por su parte, vistió un traje de Hugo Boss en tono azul oscuro que combinó con una corbata lila, aportando color y alegría al look.
La ceremonia
Lora Baar Fotografía se encargó de capturar cada instante, cada mirada, cada gesto… “La escogimos porque, a través de una amiga, vimos sus trabajos y nos encantó como captaba los momentos especiales. No trabaja con posados sino que fotografía la naturalidad del momento. Al entregarnos las fotos pudimos revivir el día al completo. Nos gusta mucho cómo juega con la luz, los ángulos y los reflejos, hace que las fotos sean muy reales y emotivas”, confiesan Sara y Carles. Además, contaron también con un vídeo único, fresco y natural del gran día, gracias a Montse Capdevilla.
El banquete
Tras el “sí, quiero”, todos acudieron a Mas Les Comelles, donde se celebró el banquete. Espai flors se encargó de decorar el lugar tal y como los novios propusieron. Querían una decoración minimalista, ya que al casarse rodeados de tanta naturaleza no hacía falta mucho más, por lo que le dieron al espacio un toque rústico. Utilizaron jarrones de vidrio, flores de temporada, mesas de madera imperiales y pétalos de colores. ¡El objetivo era que cada rincón transmitiese alegría!
Los centros de mesa eran jarrones con estilo rústico y flores de colores. La boda estaba ambientada en viajes, así que, cada mesa tenía un cartel con un país que la pareja había visitado. El seating plan era un mapamundi con varias postales que correspondían a los países de las mesas y el nombre de los invitados. De estos detalles se encargaron los novios, con ayuda de Dolça Llibreta.
La cocina del lugar se encargó del menú, ofreciendo productos de primera calidad. “Nos gustó mucho que no eran nada protocolarios, teníamos muy claro que queríamos una boda personalizada, de acuerdo a nuestra manera de ser, y ellos no pusieron ningún impedimento, al contrario, todas las facilidades del mundo. Así que escogimos hasta el último detalle a nuestro gusto y estamos muy contentos del resultado. La comida estaba basada en una primera parte de aperitivo y una segunda parte que constaba de cinco platos. “, explican los novios.
Como detalles para los invitados prepararon unas macetas con flores de temporada, con ayuda de Espai Flors, que decoraron con un corazón con un agradecimiento.
Los novios cuentan que el baile empezó con Sad Eyes, de Bruce Springsteen, y terminó con la coreografía de Pulp Fiction. ¡Una sorpresa muy divertida! Los novios recuerdan su boda como un día increíble e irrepetible gracias al amor que recibieron de todos los que les acompañaron. “La palabra que resume lo que sentimos es FELICIDAD”, cuentan. ¡Enhorabuena pareja!
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Fotógrafo: Lora Baar Fotografía | Vestido de novia: Rembo Styling y La Núvia Pim Pam | Zapatos de novia: Chie Mihara | Joyería: Salvador Mallol Joier y Galería Meco | Lugar de celebración: Mas les Comelles | Traje de novio: Hugo Boss | Floristería: Espai flors | Detalles decorativos: Dolça Llibreta | Maquillador: Anna Merino | Peluquería: Irene Ballesteros
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