No hay nada como que dos parejas se entiendan, es decir, que una pareja se ponga en la piel de la otra y plasmen sus mejores poses en un día tan señalado como es vuestra boda. Por eso, queremos recomendaros el trabajo de Juan y Sarah, una pareja amantes del amor, de la vida y de la fotografía que inmortalizarán cada uno de vuestros gestos para insertarlos en un álbum y os emocionen cada vez que lo veáis.
Dos profesionales que llegaron al mundo de la fotografía un poco por casualidad. Empezaron su trayectoria en la ciudad de Nueva York y les fascinó de tal forma que cambió sus vidas para siempre. Dejaron sus trabajos y sus estudios para dedicarse en exclusiva a su gran pasión: la fotografía. Ambos se sienten muy afortunados de poder dedicarse a uno de sus grandes hobbies, por eso cada boda que realizan la hacen con la misma motivación y pasión, dando siempre lo mejor de ellos mismos para que el resultado sea excepcional.
Les encanta imaginar cómo será su boda. Intentan ofrecer a todos sus clientes lo que a ellos les gustaría recibir: un buen servicio, cercanía, disponibilidad, adaptabilidad, mimo, confianza y el amor con el que hacen las cosas, los detalles de la entrega.
Juan y Sarah os ofrecen un reportaje basado en la naturalidad, evitando el uso de flash siempre que sea posible. Su estilo es sencillo pero cuidan cada detalle con mucho cariño y esmero. Su principal objetivo es captar vuestras emociones y narrar vuestra historia de forma que sea un reflejo de la realidad.
Naturales, pasionales, amables, serviciales y profesionales, estas son las cinco palabras que les definen a la hora de desenvolverse con el objetivo. La confianza con la cámara reconocen que también es muy importante, por ello os recomiendan a hacer antes una sesión preboda, para romper el hielo y todas las barreras al miedo a posar delante de alguien que no conocéis.
Una pareja enamorada y soñadora que disfrutan muchísimo plasmando cada momento de la celebración, especialmente el momento del baile, donde todos los invitados pierden la timidez y se atreven a mover el esqueleto de forma libre y auténtica.
Les encantan las bodas a media tarde, en la hora de la puesta de sol, ceremonias en jardines, bosques y viñedos. Aunque hay muchos factores que influyen para que unas fotos sean bonitas, como por ejemplo: tener la mejor luz para las fotografías, que para ellos es el atardecer, decorar con buen gusto el ambiente de la finca, sobretodo si son cenas en exterior que se lucen más y son sus favoritas, y por supuesto, hacer que la velada sea emotiva; que haya risas, muchas risas, lágrimas de felicidad, abrazos, miradas, caricias… Detalles bonitos y sorpresas únicas para los invitados, y por último, juegos divertidos para amenizar los parones en el restaurante para que nadie se adormile.
Si queréis conseguir puntos de vista diferentes y estáis buscando la naturalidad máxima para vuestro reportaje de boda, Juan y Sarah son los candidatos perfectos para dicha ocasión. ¡Conectaréis enseguida con ellos y crearéis un vínculo muy especial! En ellos encontraréis un trabajo hecho con mucho amor, mucha calidad, con naturalidad y confianza real. Vosotros únicamente tenéis que ser vosotros mismos, no intentéis aparentar ni forzar situaciones.
Escoged bien el vestido/traje, maquillaje y peinado y accesorios para sentiros guapos y cómodos en todo momento. Si no, por muy bonitas que sean las fotos no os reconoceréis y posiblemente no os acaben de convencer. ¡Poneros en sus manos y confiar en su criterio, arte y talento profesional! No os arrepentiréis y habréis tomado una de las mejores decisiones de vuestra vida.
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