La historia de Jaime y Marie-Cecile es la de una pareja de lo más internacional que decidió darse el sí quiero en la tierra del novio en una preciosa ceremonia retratada por Alicia Nacenta.
Aunque él es de Madrid y ella francesa, ambos se conocieron en Leeds (Inglaterra). Jaime iba a pasar un año en la ciudad y Marie estaba allí con un programa de intercambio en sus estudios de 6 meses viviendo en un piso compartido. Las casualidades de la vida hicieron que sus compañeros de piso fueran los amigos de Jaime y así, poco a poco, encuentro tras encuentro, surgió el amor porque, como dice la novia “él estaba siempre allí, en mi cocina, así que era un poco inevitable”.
Tras una romántica pedida de mano a la orilla del mar, como si de una película se tratase, en la playa en la que Jaime veraneaba desde pequeño, ambos empezaron a planear una boda que no solo cumplió con sus expectativas sino que acabo enamorando a sus invitados.
Mar Molina Vicente fue la encargada de diseñar el vestido de la novia. “Quería un estilo romántico con toda la espalda de encaje y Mar me lo hizo a la perfección”, explica. Y es que Marie estaba preciosa con un modelo de gran caída con detalles de encaje en los hombros y la espalda y escote en V. Los zapatos fueron unas espectaculares sandalias en tonos plateados que combinaban a la perfección con el vestido.
Como complementos, Marie apostó por su anillo de pedida, de Aguayo, y unos pendientes de estilo retro adquiridos en una tienda vintage en Madrid. En su pelo, lució un sencillo tocado de Oh anami elaborado a base de pequeñas semillas. El ramo, una mezcla de rosas y flores silvestres era de Alquimia Verde.
Para la peluquería y el maquillaje, Marie dejó muy claro que su apuesta era la naturalidad y tanto Rebeca Rueda (maquillaje) como Ana Bauzán que elaboró en su pelo un sencillo recogido, encajaron la idea a la perfección y la dieron forma.
Jaime, por su parte, prefirió vestirse de manera clásica y eligió un chaqué de Knack Men para su gran día. El guiño lo puso con unos tirantes con la bandera francesa como homenaje a la tierra de Marie.
Tanto la ceremonia civil como el banquete posterior se celebraron en la madrileña finca El Tomillar que fue decorada con toque silvestres con la ayuda de Alquimia Verde. La llegada de la novia y su camino al altar fueron dos de los momentos más emotivos del día.
Tras la ceremonia, los novios aprovecharon los alrededores de la finca para hacerse sus primeras fotos como marido y mujer junto a Alicia Nacenta, que contó con la ayuda como segunda cámara de Diana Hoz. Preciosas instantáneas que guardarán para siempre como recuerdo de un día tan especial.
Y por supuesto, tras las imágenes, el cóctel y el convite que tuvieron lugar en El Tomillar de la mano del catering El Puchero de Plata, que dejo a todos los invitados con un gran sabor de boca. La decoración con guirnaldas y banderillas, la celebración al aire libre y algunas sorpresas como el baile de las hermanas del novio al ritmo de los “Cazafantasmas” completaron una jornada que ni los novios ni los invitados olvidarán jamás.
¡Enhorabuena a ambos y muchas gracias por compartir vuestro gran día con nosotros!
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