Laura y Jorge se conocieron en las fiestas del pueblo en una comparsa y no volvieron a separarse. Sí, se trata de una pareja peculiar que celebró una boda de lo más singular y una pedida de mano inolvidable. Años después de comenzar la relación, él le preparó una sorpresa el último día del año, la pareja viajó junto a sus amigos a Amsterdam para pasar la Nochevieja y allí le pidió matrimonio. “Todos sabían lo que iba a pasar menos yo. Fue un día muy bonito y una forma muy especial de terminar el año”, confiesa la novia.
Los novios
La boda se celebró el 26 de septiembre de 2015 en Alicante. Para su gran día, Laura confió en Cymbeline y escogió uno de sus exclusivos diseños que adaptó convirtiéndolo en un vestido de dos piezas con falda corta y falda larga en blanco y negro. Como complementos escogió una chistera blanca con un velo negro. ¡Llevó un look de lo más atrevido!
Y es que los novios querían celebrar una boda inspirada en las películas de Tim Burton, por ello, Laura escogió como zapatos unos botines hechos a mano decorados con los mismos encajes que se utilizaron en el vestido y un ramo de novia, regalo de la Floristería Mirasol, hecho con calas negras, accesorios en metal y flores blancas, las cuales incluían la misma pedrería morada que la novia llevaba en uñas, velo, ojos y guantes.
Para el maquillaje confió en una Hanna y el peinado fue obra de la Peluquería Aire Nuevo de Alcoy, una larga trenza de lado que caía sobre la parte delantera del vestido.
La ceremonia
La ceremonia y el banquete se celebraron en el Restaurante Mariola en Alicante, que decoraron de manera exquisita con la ayuda de Floristería Mirasol. Crearon una boda ambientada en las películas de Tim Burton que sorprendió a todos. Las alianzas eran tatuadas, la pareja se grabó para siempre las iniciales y la fecha en números romanos.
El fotógrafo que escogieron fue Sergio Gallegos, un profesional que capturó cada uno de los momentos especiales y divertidos creando un reportaje de boda muy original.
El banquete
Cómo momento inolvidable los novios se recuerdan entrando al restaurante con la canción High well to hell que tocaron en directo sus amigos, además del concierto del que disfrutaron gracias a ellos momentos más tarde.
Como detalles para los invitados se prepararon chapas con frases, una cajita personalizada con una nariz de payaso, unos abridores en forma de llave y una petaca con licor. ¡Los amigos y familiares quedaron encantados!
Todos disfrutaron de una boda muy especial en la que disfrutaron al máximo y se divirtieron como nunca inspirando cada momento en las películas de Tim Burton, sin duda una idea muy original que salió a la perfección. Al fin y al cabo una boda es un día para pasarlo bien y recordar cada instante en compañía de los que más quieres, y Laura y Jorge supieron hacerlo mejor que nadie. ¡Enhorabuena pareja!
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