La historia de amor de Elena y Sergio parece sacada de una película y eso se nota cuando se miran el uno al otro, algo que se transmite a la perfección en las fotografías de su boda magníficamente captadas por Juan García Risquez.
Elena y Sergio se conocieron en Jaén, de donde ella es originaria y el lugar que escogieron para la boda. Sergio era entonces futbolista profesional y jugaba en un equipo de esa ciudad. Elena, como fisioterapeuta, formaba parte del equipo médico que los atendía cuando necesitaban tratamiento. Una lesión a principio de temporada llevó a Sergio hasta Elena y así empezó su historia.
Tras una primera cita en Granada y una romántica pedida de mano años después a la luz de la luna en un mirador del barrio del Albaicín, coincidiendo con el fenómeno astronómico de la Luna Azul (la segunda luna llena que acontece en un mismo mes, algo que solo ocurre cada tres años), Elena y Sergio se embarcaron en el proyecto de organizar uno de los días más felices de su vida: el de su boda.
Para ese momento tan especial, Elena y Sergio tenían claro que el lugar elegido no podía ser otro más que el Restaurante Cerro Puerta, una edificación tipo cortijo andaluz que se encuentra a cuatro kilómetros de Jaén y tiene unas vistas privilegiadas de la ciudad, de su catedral y su castillo. Enclavado en un pinar y rodeado de la sierra jiennense, “el atardecer desde allí es espectacular”, explica Elena.
El vestido de la novia, el secreto mejor guardado de cualquier enlace, fue una sorpresa para la propia Elena. “Mi vestido era un modelo de Pronovias, de tul drapeado y envolvente con un escote corazón muy pronunciado y falda evasé. Era sencillo pero tenía un toque de originalidad en la estructura. Ni siquiera reparé en él cuando vi el catálogo por primera vez pero en cuanto me lo probé me sentí cómoda y me pareció muy especial”, explica. Como complemento, para dar un toque diferente al modelo, Elena apostó por una sencilla aplicación de pedrería en la cintura, también de Pronovias.
Como joyas, Elena lució su anillo de pedida, un precioso un solitario de oro blanco, con un brillante central y rodeado de 8 brillantes más pequeños que Sergio escogió para ella, unos pendientes de plata vieja e incrustaciones de nacar y una pieza muy especial. “Se trata de una pulsera antigua, en platino y brillantes, que lleva en mi familia muchos años y que fue regalo de una persona muy querida por mi madre y por mi”.
Los zapatos, las sandalias Fayme de Jimmy Choo, fueron algo que esta novia tuvo claro desde el principio que llevaría. El ramo, otro de los complementos más importantes a la hora de caminar hacia el sí quiero, era un precioso bouquet peonías rosas y rositas de pitiminí, con pequeños toques de verde y con los tallos al aire. De él se encargó Teresa Chamorro, de Petite Reunión.
Esther de Mymakeupest, fue la encargada de maquillar a la novia. Tras varias pruebas, Elena se decantó por “ llevar los ojos muy marcados, la piel muy pulida y un labial rosado suave”. De su pelo se encargo Diego, de la peluquería Lavirgen de Jaén. Él supo captar a la perfección la idea que Elena tenía para su moño, que complementó con un espectacular tocado nacarado.
Para su gran día, Sergio tampoco descuidó ningún detalle y escogió un un traje negro de tres piezas clásico, sencillo y elegante, hecho a medida en la la sastrería Max Hard de Barcelona. Lo complementaba con camisa blanca y corbata y pañuelo en tonos azules. Los gemelos fueron regalo de los padres de la novia.
La ceremonia, en la que tuvieron lugar algunos de los momentos más emocionantes del día, entre ellos la lectura de los votos por parte de los novios, tuvo lugar en los jardines de Cerro Puerta, magníficamente decorados para la ocasión por Teresa Chamorro, de Petite Reunión. Y es que, para Elena y Sergio, viviendo en Barcelona, era difícil optar por organizar su boda en Jaén sin la ayuda de una wedding planner. “Organizar una boda a 800 km de distancia puede ser toda una aventura. Por eso sabíamos que su ayuda sería fundamental para estar tranquilos, para que todo saliera bien. Y por supuesto así fue”, explica la novia.
A su llegada, los amigos y familiares de los novios pudieron ver los detalles que Teresa Chamorro había preparado para el gran día. “Se encargó de toda la decoración floral, el altar, el seating plan, y todos los detalles de las mesas. Había un pequeño bodegón de entrada para que la gente pudiera tomar una limonada o un refresco mientras esperaban la llegada de los novios y, ya en la cena, en cada mesa había muchos botecitos a modo de floreros, distintos, de colores, y con flores diversas; y dos candelabros altos de cristal con velas que aportaban una iluminación cálida y muy agradable”, recuerda Elena.
“El seating plan estaba dispuesto sobre maletas antiguas recuperadas y por todas partes había hortensias puestas en damajuanas. También había luces de verbena en el exterior que se encendieron al caer la noche y creaban una atmósfera especial. Cada rincón estaba decorado con mimo, cuidando hasta el último detalle”.
Tras el sí quiero, Elena y Sergio tenían preparado un detalle muy especial para sus amigos y familiares: una suelta de mariposas. “Fue un momento mágico que se prolongó en el tiempo ya que las mariposas estuvieron revoloteando por el jardín todo el día”, cuenta Elena.
Ya siendo marido y mujer, Elena y Sergio se hicieron sus primeras fotos como casados. Juan García Risquez, a quién Elena define como “una de las mejores decisiones de la boda”, se encargó de capturar estos primeros momentos de la pareja. Mientras, sus invitados, descubrían otro de los detalles preparados por Petite Reunion: una Vintage Roulotte. “Es preciosa”, explica Elena. “Nos comentó que podíamos usarla como photocall y nos pareció muy divertido y diferente. Se colocó una cámara dentro con un disparador y diversos accesorios para que la gente se disfrazara”.
Pero la roulotte no fue el único detalle que Sergio y Elena tuvieron con sus amigos y familiares. Al margen de los tradicionales detalles para invitados, cada uno de ellos recibió una nota manuscrita con unas palabras de agradecimiento. “Es un detalle que te permite tener unas palabras cercanas con cada uno de ellos, algo que después, en la vorágine del día, no es posible”.
Y es que la boda de Sergio y Elena estuvo, como su propia historia de amor, llena de detalles que la hicieron inolvidable. ¡Enhorabuena a los novios y gracias por compartirla con nosotros!
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