Cuando se da el paso y hay boda a la vista, se abre ante nosotros un universo lleno de quehaceres y preparativos. Se mezclan la ilusión y las ganas con la incertidumbre y las dudas. No te asustes ni te dejes arrastrar por los factores externos porque corres el riesgo de convertir en un infierno un trayecto que debería ser divertido y motivante.
Para que no caigas en la trampa y acabes convirtiéndote en una batería que se descarga sin previo aviso, te presentamos a los 8 ladrones que harán todo lo posible por robarte la energía. Reconócelos y sal airosa de cada situación.
1. El budget
Aunque no sea muy elegante hablar de dinero, es uno de los primeros factores que tenemos que tener en cuenta. Cuando decidimos ponernos manos a la obra con los preparativos de la boda, sabemos con lo que contamos en nuestro “haber”. Con ayuda o sin ayuda, tenemos que ajustar nuestro presupuesto a nuestra idea de boda. Sé realista con lo que se puede o no se puede hacer. Si esto lo tienes claro, las cuestiones económicas no podrán desanimarte. Descubre cómo calcular el presupuesto de tu boda.
2. Los ‘metomentodo’
Sí, la que te casas eres tú pero no te van a faltar personas que pululen a tu alrededor para guiarte, sugerirte… ¡y sin que tú lo pidas! Te hablarán de 20 diseñadores diferentes y TODOS son los mejores. Te aconsejarán lugares de celebración, decoraciones florales… Y, cuando ya hayas tomado tus propias decisiones, llegará el temido “ah, bien, pero yo…” que no aporta nada. Sonríe y deja pasar los comentarios sin que te rocen, no luches contra la avalancha de opiniones-sin-maldad porque te dejarán K.O. No te olvides de consultar cómo torear las opiniones de los demás en la organización de la boda.
3. La situación familiar
Una boda es un momento de reencuentro. Es la reunión perfecta integrada por las personas más importantes de tu vida. En ocasiones, la situación que se atraviesa en casa no es la mejor: desde la separación de nuestros padres hasta la enfermedad de algún ser querido pueden crearnos malestar, sentimiento de culpa y altos niveles de estrés. Analiza la situación y visualiza lo que realmente importa: lo que te hace feliz. No estés en un continuo tira y afloja con la realidad porque no va a cambiar. Asume el contexto que te rodea y hazlo de la manera que consideres correcta.
4. La previsión del tiempo
Aunque te pueda hacer gracia este punto, si no te casas en meses veraniegos donde el sol siempre está invitado, puedes desquiciarte comprobando cada 2 días la previsión del tiempo. Aunque falten meses por delante, el sol se convierte en tu gran obsesión. Para que te relajes y pierdas de vista la app The Weather Channel, te contamos un secreto: tu preocupación sólo afecta a tu estado de ánimo, nunca al estado del tiempo. No dejes que el día más importante de tu vida se base en algo tan arbitrario y ¡disfruta bajo el sol o bajo la lluvia! Descubre 8 soluciones a 8 posibles imprevistos.
5. La omnipotencia
A no ser que dejes tu trabajo y te conviertas en tu propia wedding planner, no podrás rematar todos los detalles. Ha llegado la hora de pedir por esa boquita y confiar en los demás para que hagan algo por ti. No sólo estarás ahorrando energía, sino que estarás depositando tu confianza en personas que se sentirán más cerca de ti cuando llegue el gran día sabiendo que han podido echarte una mano.
6. Las confirmaciones que no llegan
Por fin hemos enviado todas las invitaciones. Poco a poco comienzan a llegarnos mensajes por todos los medios posibles para confirmarnos la asistencia, pero aún son muchos los que no te han dado una respuesta. No pierdas ni un segundo en pre-ocuparte. Programa un par de e-mails “recordatorio” para que se manden en automático en dos fechas que creas convenientes previas al límite de cierre de tu lista. Si son pocos, llámalos directamente o delega en alguien esta tarea. No pierdas energía en personas que no la están perdiendo por ti. Te contamos cómo elaborar la lista de invitados perfecta.
7. Las mesas
Ya son muchas las parejas que han optado por una boda a base de aperitivos pero, si has decidido sentar a los invitados, el “momento mesas” puede ser de lo más divertido y a la vez de lo más estresante. Descubre cómo sentar a los invitados y cuando te bloquees, párate a pensar: son tus invitados, van a tu boda por ti y se lo van a pasar estupendamente, conozcan o no conozcan a otras personas. Piensa que tienen algo muy importante en común: ¡TÚ!
8. Imprevistos de última hora
¿La persona que te llevaba en coche hasta la iglesia no puede conducir? Tendrás voluntarios a mansalva. ¿Uno de los botones de tu vestido se ha soltado? Se cose. ¿Has dormido regular? El maquillaje y tu alegría te harán deslumbrar. Disfruta y ríete de esos pequeños imprevistos que no serán más que anécdotas del día de tu boda.
Nada puede afectarte si tú no lo permites, ni los imprevistos ni las opiniones de los demás. Descubre cómo evitar que los padres se metan en la organización de la boda y 5 aspectos que no podrás olvidar.
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