Si hay algo en lo que merece la pena que un fotógrafo de boda ponga la mayor atención es en los invitados más pequeños. Ellos inspiran la ternura que un evento como tal requiere y destacan por su inocencia y su naturalidad.
Porque un niño no percibe una boda como los adultos, sino como una fiesta en la que disfrutar, correr, jugar y divertirse sin complejos y con la mayor de las naturalidades. Cuando los fotógrafos se fijan en los peques es cuando realmente capturan momentos llenos de realidad y mucho amor. Porque su mundo es diferente al nuestro, ¡es un mundo en el que los protocolos no existen!
Un mundo en el que pueden ser los protagonistas de la celebración llevando las alianzas sin apenas darse cuenta o el mayor centro de atención guardando los pétalos de rosa para la tan esperada salida de los novios de la ceremonia y, sin embargo, no atender a razones. “Naturalidad y espontaneidad”, en eso se basa su dulce actitud. Alejandra Ortiz Fotografía y Ana Encabo photography lo tienen claro:” no hay nada más espontáneo ni auténtico que un niño”, por ello nos dejan estas bonitas imágenes.
Como bien afirma Norma Grau, fotógrafa de bodas de Barcelona, merece fijar el objetivo de la cámara en ellos porque “sólo ellos son capaces de vivir una boda sin desilusiones, sin expectativas, sin los supuestos sociales o religiosos que los adultos tenemos que seguir… Y, por eso nos regalan momentos como estos: inesperados”.
Viven en su particular mundo al que en ocasiones, como lo es una boda, muchos adultos desearíamos volver. “Quien pudiera volver a ser peque”, afirma Joan Miquel Gavilà, de Gavilá Fotografía, especialista en fotografía de boda documental y de niños, ¡que nos deja estas espectaculares imágenes de los peque-invitados!
Incluso pueden gritar a los cuatro vientos lo que piensan sobre qué es una boda: “cuando dos personas quieren estar juntas en la vida y hacen una fiesta (Valentina, 11 años) o el por qué de la gran felicidad de ese día: “porque hay tarta, dulces y se puede jugar mucho” (Paul, 5 años). Porque a diferencia de los adultos para los que el día de la boda es un momento en el que están pendientes de que todo salga bien, ellos simplemente se preocupan de ¡disfrutar! Y esos momentos son los que verdaderamente merece la pena capturar.
Si tú también eres un fan de los más pequeños del gran día, ¡no te olvides de consultar las 60 verdades que los niños dicen sobre qué es una boda! ¡Ellos no mienten!
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