Si has llegado a este artículo seguramente es porque ya tengas claro que quieres casarte en un futuro no muy lejano o incluso tienes ya la fecha de tu boda programada y, por supuesto, tienes a la persona indicada a tu lado. Sin embargo, como es natural, al mismo tiempo brotan en ti dudas irrefrenables de si estarás haciendo lo correcto. Quédate en Zankyou y descúbrelo ya.
Estos son los 6 sentimientos que tienes que tener cada día hacia tu pareja antes de dar el gran paso de pasar el resto de tu vida con tu pareja. Porque, como decía el filósofo Gottfried Wilhelm Leibniz, “amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad”.
Respeto
Como es lógico, uno de los pilares fundamentales de cualquier relación es el respeto. Cuando hablamos de esto no solo nos referimos a la manera de tratar a la otra persona, sino a la tolerancia hacia todo lo que a tu pareja le parece relevante: su familia, sus aficiones, sus preocupaciones etc. La consideración hacia tu pareja es fundamental si deseas llevar una relación sana.
Confianza
Como ya sabréis, la confianza entre los miembros de la pareja es la base de una relación sentimental sólida y uno de los cimientos esenciales para que esta avance correctamente. No hay nada más bonito que poder mostrarte tal y como eres delante de la persona que quieres, sin filtros, sin límites y sin restricciones. Si por el contrario, no tienes este sentimiento, quizá no sea la persona adecuada con la que unirte en matrimonio.
Admiración
Como bien decía el psiquiatra Enrique Rojas, una de las fórmulas para que el amor no tenga fecha de caducidad es mantener la admiración hacia la otra persona. Es importante tener cierta fascinación o atracción hacia las cualidades de la otra persona. Es lo que hará que la sintamos diferente y única respecto a todas las demás. En muchas ocasiones esos atributos son admirados porque la propia persona los considera deseables para sí mismo.
Complicidad
Para que una relación sea fructífera es necesario que exista complicidad entre ambas partes. Algo que, a priori, puede parecer fácil de conseguir pero que en realidad no lo es tanto. Para que exista este sentimiento, es necesario que las dos personas se entiendan y se conozcan tanto que prácticamente sin hablar se sepa lo que la otra persona está pensando o sintiendo en cada momento. Para llegar a este nivel, es necesario que haya un conocimiento profundo y lógicamente la participación en la vida del otro para unir lazos.
Seguridad
Uno de los elementos clave de toda relación es la seguridad. Saber que esa persona te va a apoyar en lo bueno y en lo malo es primordial para lograr una relación estable y a largo plazo. Según un estudio realizado por el sociólogo Nicholas Wolfinger en la Universidad de Utah, pronunciar la frase “sí, quiero” sin que acabe en divorcio depende de muchos factores, entre ellos, la edad. Entre las conclusiones extraídas se puede apreciar como las parejas que se casan a los 20 tienen un 50 % más de probabilidades de divorciarse que aquellos que lo hacen a los 25. En esta franja temporal, se reduce la tasa de divorcio en un 11% por ciento. Y, pese a lo que se pueda llegar a pensar, al llegar a los 32 se invierten los términos.
Amor
Como es natural, y no hace falta que te lo digamos, antes de casarte tienes que sentir amor, pero no de cualquier tipo, amor verdadero en todos los aspectos. Es el sentimiento que hará que una persona esté unida a otra. El amor podría considerarse el resultado de todos los puntos anteriores. En definitiva, es la alegría que tiene que existir de estar con el otro, de compartir la vida.
Como bien afirma el psicólogo estadounidense Sternberg, el amor está compuesto por tres variables, que en perfecto equilibrio componen la forma pura del amor:
Intimidad: sentimiento de cercanía, unión y afecto hacia otra persona.
Pasión: estado de excitación mental y física caracterizado por vehemencia por otra persona.
Compromiso: relación de compañerismo sin que haya intimidad ni pasión.
Sin embargo, aclara que nunca se llega a dar una combinación perfecta de las 3 variables ya que el ciclo amoroso no es constante. Mientras el amor romántico comienza con altas dosis de pasión y una creciente intimidad, se va transformando en amor compañero donde baja la pasión, se mantiene la intimidad y aumenta el compromiso.
Esperamos haberte resuelto esas pequeñas dudas y que vayas al altar pisando fuerte. ¡Que viva el amor!
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