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Mil y una anécdotas juntos: la boda de Ana y Nacho

Ana y Nacho tenían claro que su boda debía ser especial y por eso cuidaron cada detalle de la misma... ¡No te pierdas el resultado!

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  • Santa Cruz de Tenerife

Para Ana y Nacho las cámaras son algo habitual. Ambos trabajan en televisión y fue allí donde se conocieron y donde empezó una historia de amor que, como comprobarían después, acabaría en una espectacular boda retratada por Pablo Béglez.

guardarFoto: Pablo Béglez.
Foto: Pablo Béglez.
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Acostumbrados al ajetreo constante del periodismo, Nacho quiso declararse a Ana en medio de un fin de semana con un toque romántico, en un lugar con vistas al mar en Gran Canaria. Sin embargo, como recuerda la novia, finalmente los planes no salieron según lo previsto y la pedida de mano fue un poco diferente, aunque no por ello menos entrañable: “Me lo pidió en la intimidad de nuestro hogar, en el lugar donde más tiempo pasamos. Tenía preparado un fin de semana romántico, pero finalmente todos los planes se le desmoronaron y me lo pidió nada más pisar Canarias al regreso de Liverpool donde yo había estado 4 meses trabajando. Al volver, después de tanto tiempo sin vernos preparó una cena romántica con nuestro vino favorito y con el precioso anillo de diamantes y zafiros en forma de flor me pidió que me casara con él”.

Los novios

Para su gran día, Ana confió en el buen hacer de Pronovias. Su vestido, mezcla de sensualidad y romanticismo era un modelo de corte sirena y larga cola con escote corazón salpicado de plumas. Un modelo del que la novia se enamoró nada más verlo y que complementó con el tocado Eternity de Ani Bürech que llevaba sobre la frente combinado con un sencillo velo largo.

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Como joyas, su anillo de compromiso, y unos pequeños pendientes de brillantes de Suárez. Tampoco se olvidó, por supuesto, de elegir con cuidado sus zapatos “unas preciosas sandalias de tacón fino blancas de la marca Menbur, tenían pequeños detalles con brillo”; ni su ramo “de tallo verde y extra largo y de peonías blancas con un sencillo lazo que no le quitaba protagonismo a las flores” y que encargó en la Floristería Aloe.

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Foto: Pablo Béglez.

Nacho, por su parte, escogió un traje con tejido satinado para el gran día, en color gris oscuro. ¡Estaba muy guapo! Como detalle especial, los gemelos que Ana le había regalado por la pedida de mano y un reloj, también parte del regalo de pedida, pero en este caso de sus suegros.

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La ceremonia

Para darse el sí quiero, Ana y Nacho escogieron la tranquilidad de una finca privada en Las Vegas (Tenerife). Allí, al aire libre, con vistas al Teide y entre pinos y viñedos, sellaron su amor para siempre rodeados de sus amigos y familiares en una preciosa ceremonia. Allí se produjeron dos de los instantes más especiales del día: el intercambio de los votos personalizados entre los novios y la aparición de las dos perritas carlinas de la pareja llevando los anillos.

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Tampoco faltaron las anécdotas, ya que una carrera ciclista cortó el tráfico de la zona y la novia llegó casi una hora tarde al gran día. ¡Menos mal que parte de los invitados también estaban atascados!

Tras el sí quiero, los novios se marcharon a hacerse sus primeras fotos como recién casados, de la mano de Pablo Béglez. En ellas, el descapotable rojo que el novio eligió como coche nupcial tuvo parte del protagonismo y también dio pie a varias anécdotas, tal y como recuerda Ana: “Tras la ceremonia los novios nos íbamos en un coche monoplaza un descapotable rojo antiguo y lo tenía que conducir el novio…. Se le caló varias veces hasta que pudimos arrancar y mi vestido era tan voluminoso que no entraba en el coche tan estrecho, al final las fotos quedaron preciosas ya que el velo y el vestido hacían efecto como un mar de nubes”.

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El banquete

Mientras tanto, en la finca, los invitados descubrían todos los detalles de la decoración preparada por los novios con la ayuda de la floristería Aloe para los arreglos florales. Un protagonismo especial tuvieron los caminos que iban sobre los manteles, bordados a mano durante un año por la madre de la novia. ¡Así de especial fue el mimo con el que Ana y Nacho decoraron su enlace!. Sobre ellos, unos troncos en forma de corazón servían como centros decorativos junto a botellas de vino canario Yaiza, de cristal azul, que los novios coleccionaron durante meses. Y es que ellos mismos se encargaron incluso de recoger algunas flores de la finca para complementar la decoración floral creada por la floristería Aloe.

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El baile

Tras el convite, servido al aire libre por Casa Fito, llegó el momento del baile para el que los novios escogieron la que consideran “la canción más romántica y sensual del mundo”, Sexual Healing de Marvin Gaye. El pasillo de bengalas que los invitados crearon para los novios fue otro de los momentos mágicos de la jornada.

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Y es que cuando los novios están decididos a que su boda sea especial y están dispuestos a cuidar cada detalle hasta el extremo que lo hicieron Ana y Nacho, es imposible que sus invitados no recuerden la suya como una de las mejores bodas a las que han asistido. ¡Enhorabuena a los dos y muchas gracias por compartir vuestro gran día con nosotros!

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