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Minúsculos detalles, grandes olvidados en las bodas

Para la preparación de una boda hay que tramitar multitud de gestiones. Tantas, que es frecuente que algunas pequeñas cosas pasen por alto y sean olvidadas por completo.

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guardarTodas las novias deberían pensar también en su paraguas de boda. Foto: Kate Magee
Todas las novias deberían pensar también en su paraguas de boda. Foto: Kate Magee
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Para la preparación de una boda hay que tramitar multitud de gestiones. Tantas, que es frecuente que algunas pequeñas cosas pasen por alto y sean olvidadas por completo. Lo curioso es que estos pequeños detalles suelen ser comunes en la mayoría de los casos.

1. Invitaciones coherentes: Muchas veces los novios hacen llegar invitaciones con motivos infantiles, muy sobrias o rematadamente originales y, después, el enlace tiene un estilo completamente contrario. Antes de planificar una boda hay que pensar bien el tono general y seguir la misma línea. La invitación es un anticipo del gran momento.

2. ¿Y si llueve?: El paraguas es el gran olvidado de las bodas. Pocos son los previsores que se acuerdan de comprar uno grande y bonito. Es un gesto sencillo que salvará tu boda de un desastre estilístico asegurado. ¡Imagina salir del coche de novios radiante, vestida de blanco, pero con un viejo paraguas de flores! Una pesadilla con un sencillo remedio.

3. Cuestión de perfil: El tocado no se lleva puesto indistintamente en uno u otro lado de la cabeza. El protocolo manda que este accesorio debe colocarse siempre en el lado derecho porque ella irá asida al brazo del hombre por el izquierdo y nunca debe interponerse entre ambos.

4. ‘Os esperamos en el bar’: Dejar que los novios se casen en la iglesia mientras algunos invitados hacen tiempo tomando unas cañas es común, pero está feo. Por mucha confianza que se tenga con la pareja, el ritual del casamiento es el acto central e imprescindible de una boda. Creencias religiosas o no aparte, ser un invitado a una boda conlleva precisamente eso; acompañar a los novios en su enlace.

5. Los niños se aburren: Lógico. Los pequeños se cansan y después de un rato en la iglesia, gritan, corretean y dan patadas. Es fácil retrasar este momento de tedio absoluto si la mamá invitada lleva en su bolso un pequeño juguete que no haga ruido. Un objeto mágico que, con las prisas, la mayoría de las veces se queda en casa.

6. Flores molestas: ¿Habías pensado que el olor de las flores del centro de mesa puede incomodar o interferir en el sabor de la comida? Asegúrate de que eliges unas que hagan de esta situación algo inimaginable. Piensa que tampoco deben ser demasiado altas u ostentosas para que no incomoden la visión entre todos los invitados.

7. ‘Blazers’ y accesorios: Después del banquete llega un momento de armonía con el entorno en que los invitados se relajan y, como consecuencia, ellos se quitan el blazer y ellas, la pamela y los zapatos. El protocolo en las bodas dice que es un error.

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