Cuando Susana se matriculó en una academia para prepararse el examen del MIR, no podía imaginar que su profesor acabaría convirtiéndose en su marido, pero el destino tiene ese tipo de caprichos y lo que comenzó como una relación profesor-alumna acabó en una bonita historia de amor y una boda retratada por Rubén Acosta.
Unas vacaciones en la isla de Cabrera fueron el momento escogido por Ángel para declararse a su chica. No le faltó romanticismo, tal y como recuerda Susana: “Fuimos de excursión a un pequeño acantilado y allí me lo pidió. Nunca habíamos hablado de casarnos así que fue todo una sorpresa”.
Los novios
Para su gran día, Susana escogió un vestido que la hacía sentirse como una princesa: un modelo de la colección Dreams de Pronovias que personalizó para darle un toque más romántico añadiendo unas mangas de gasa al escote palabra de honor. Su falda con varias capas de tul y gran volumen eran el toque perfecto para una boda de ensueño.
Como complementos, Susana llevó unos sencillos pendientes de Swarovski, un romántico collar con un colgante en forma de lágrima y su anillo de compromiso, una pieza con un gran valor sentimental para Ángel. No se olvidó de sus zapatos, algo que todas las novias cuidan con mimo: “Elegí unos peetoe con tacón fino de color rosa palo que encontré en Blanco de Novia”, recuerda. Y tampoco de su ramo, una creación a base de rosas muy abiertas en colores blanco y champán que prepararon en la floristería Los Cedros de Arrecife (Lanzarote).
Y por supuesto, su look se completaba con un peinado y maquillaje muy románticos para los que confió en la Peluquería Sagri. El primero, un recogido bajo trenzado adornado con un tocado en forma de rama y el segundo, en tonos muy naturales y favorecedores.
Ángel, por su parte, huyó del tradicional chaqué y apostó por la elegancia del esmoquin para su gran día. De negro, con camisa blanca, fajín y pajarita, no podía estar más guapo a la hora de dar el sí quiero.
La ceremonia
Para su enlace, Susana y Ángel escogieron la tierra de la novia a la que ahora se han mudado: Lanzarote. “Soy una enamorada de mi tierra (en parte se lo he transmitido a él) y queríamos que nuestros invitados admiraran y disfrutarán cada uno de sus rincones. El contraste de colores con la lava, los paisajes de la geria, sus playas, sus pueblos y tantos otros,… Por eso hemos elegido estos sitios para nuestra boda”, explica Susana. Así, para la ceremonia civil escogieron Las Salinas de Janubio, un lugar lleno de encanto que permitió que Rubén Acosta captase algunas de las instantáneas más bellas del día. Para la decoración floral confiaron en Pablo Baldi Ramos de la empresa D.O Unique Events, quien hizo que el lugar resultase, si cabe, aún más encantador.
Durante la ceremonia se vivieron además algunos momentos muy especiales, como el intercambio de votos por parte de los novios, que ángel personalizó de una forma muy original: “Lo más especial de la ceremonia fue cuando tuvimos que decir nosotros unas palabras: Ángel me cantó (sin saber cantar) nuestra canción, No hay manera de Coque Malla. Y a media canción todos nuestros amigos cantaron junto con él para ayudarlo”. También especial fue el hecho de que la ceremonia la oficiase fuese un amigo de los novios, algo que como la propia Susana indica, la hizo aún “mucho más entrañable”.
Tras el sí quiero, como no podía ser de otro modo, los novios se marcharon con Rubén Acosta para hacerse sus primeras fotos como marido y mujer, que tuvieron dos protagonistas de excepción (por supuesto al margen de ellos): el espectacular entorno natural de Lanzarote, lleno de contrastes y el coche que eligieron para el gran día, un escarabajo descapotable en color rojo.
El banquete
Para el convite, los novios apostaron por la finca La Florida, una bodega en La Geria que quedó magníficamente decorada para la ocasión por Pablo Baldi Ramos de la empresa D.O Unique Events que hizo que tanto los novios como sus invitados se sorprendiesen por la belleza de sus creaciones, especialmente de la iluminación tanto de la finca como de la zona del cóctel. D.O Unique Events también se encargó de la coordinación de toda la boda y del buscar el cátering, tarea para la que confiaron en el Catering del Restaurante La Cascada del Puerto.
Baile de los novios
Y finalmente, tras el banquete, llegó el momento del baile de los novios, que escogieron para abrir la fiesta la canción Hit the road Jack de Ray Charles, un tema con mucho ritmo con el que dejaron con la boca abierta a sus amigos y familiares.
Y es que cuando una boda tiene un toque especial y diferente como la de Susana y Ángel, se nota tanto en los novios como en los invitados que será un gran día que difícilmente olvidarán. ¡Enhorabuena a la pareja y muchas gracias por compartir con nosotros vuestro gran día!
Si te ha gustado este post, no te pierdas la original y exquisita boda rústica de Serena y Niall, ni la boda de ensueño de Tania y Tito.
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario