Preparar la boda es un viaje casi tan bonito como vivirla. Pero, por lo general, las preocupaciones son muy distintas a lo largo de todo el proceso (a ti te emocionan más las flores y a él la música; para ti es vital el fotógrafo y, para él, el grupo). Y aunque disfrutéis la boda por igual (para ambos es un día explosivo e insuperable), no es un cliché que sean las novias quienes viva el proceso con más intensidad. Y no porque sean más protagonistas, ni porque hayan soñado más con ello (que también), es sólo que como diría John Gray, “Los hombres son de Marte y las mujeres, de Venus”. Pero, todo se hace más sencillo si, por ejemplo, apareciera ante ti una lista con los puntos más críticos y los trucos para ¡resolverlos con éxito!
Emociones previas
Las novias siempre estamos más inquietas, que no nerviosas. Las emociones nos inundan y cualquier imprevisto puede trastocarnos el planning (y créeme, surgen muchos). Los novios, en cambio, suelen tener la mente más despejada y los nervios más controlados. La pura verdad es que no son tan conscientes de la situación. De hecho, puede que no lo sean del todo hasta que no llegues al altar y te vea vestida de novia (ahí si que se le disparará el corazón). Habla con él y cuéntale todo lo que sientes. La boda es de los dos y te sorprenderá lo mucho que se implica y te ayuda con todos los detalles. Nunca olvides que sois equipo.
Tratamientos previos
Él no se hace sesiones beauty, ni reza para que le crezca rápido el pelo o que no le vuelvan a salir granitos del estrés. No se hace la mani-pedi, ni va a pasar tres horas en la peluquería. Tampoco entiende por qué te preocupas tanto, si estás guapísima tal y como estás, y él te ve más guapa aún sin maquillaje. Pero sí que les preocupa seguir entrando en su traje, y ahí son igualitos que nosotras. ¿Un consejo? No te estreses demasiado con este punto. Una buena sonrisa luce más que un buen tipito y la felicidad que irradiará tu rostro será tu mejor aliada; brota de nuestros ojos y es inigualable.
Preparativos previos
En cuanto a los últimos detalles, las novias solemos estar más encima. Sabemos “TODO” lo que aún nos queda por cerrar, y eso nos tiene sin parar venga a hacer listas de cosas pendientes (sí, aquí es donde pierdes los kilitos que todas te habían contado). Quizá te interese descubrir las 11 listas imprescindibles que debes hacer para no olvidar nada en la organización de la boda.
Ellos, por lo general tienden a pensar que nos estamos agobiando de más y que si las bolsas de chucherías para los peques y los kits de los cuartos de baño no se hacen, o los cubiertos no se envuelven en blondas y se atan con cordel, tampoco se acaba el mundo (y visto así, quizás hasta tienen un poco de razón, ¿no crees?). Tus invitados van a disfrutar viéndote a ti disfrutar. Así que, preocúpate sólo de vivir el día al máximo y sonreír hasta que te duelan los hoyuelos. ¡Ya verás qué recuerdos!
Visitas previas
Es emocionante que empiecen a llegar tus invitados, sin embargo, las novias no podemos evitar sentir que aún tenemos cosas que dejar cerradas y que, por tanto, no nos podemos despistar. Así que, en este punto, suelen ser los novios quienes están encantados de tomar el papel de anfitriones. Les enseñan la ciudad en la que os habéis criado y se los llevan de vinitos.
Pero no olvides que, probablemente, jamás en tu vida volverás a tener la oportunidad de reunir a tantas personas tan dispares, que llegan de tantos puntos del planeta y a las que tanto quieres, en un mismo espacio. Han venido por y para vosotros y sois muy afortunados por tenerlos a vuestro lado. Se consciente de ello y disfrútalos al máximo. No te perdonarás no haber pasado tiempo con ellos. Y créenos, el día de la boda, entre la multitud y las emociones, no los vas a ver. Descubre cómo organizar una boda con invitados de fuera y cómo agradecerles su presencia.
Deberes previos
Tú no te quedas tranquila hasta que terminas de escribir tus votos, pero honestamente, él no los va a hacer hasta la misma mañana de la boda. No te preocupes, le quedarán preciosos. Mientras tanto, tú disfruta preparando los tuyos y dando un paseo mental por vuestra gran historia de amor: las primeras citas, ese primer te quiero, … Seguro que cuando los termines tienes más ganas aun de gritar “¡SÍ, QUIERO!“ Echa un ojo a los discursos de boda más emotivos, ¡seguramente puedas coger ideas!
La noche previa
Por lo general, la velada anterior a la boda aprovechamos para reunirnos con nuestros amigos y disfrutar de la ya famosa preboda. Lo ideal sería no trasnochar y que nos diera tiempo a descansar para estar de diez. Pero francamente, si tras la cena decides hacer una fiesta pijama con tus amigas será un planazo, porque total, tú no vas a lograr pegar ojo en toda la noche igualmente y de este modo la pasarás muchísimo mejor. Él dormirá perfectamente, no te apures.
Sin embargo, y por encima de todas las posibles diferencias que puedan surgir entre novios, siempre habrá una semejanza que las superará con creces: el profundo amor que compartís y que vais a celebrar delante de todos vuestros seres queridos. Porque qué es una boda sino la celebración del amor. Llegado el día, dejad a un lado cualquier diferencia y ¡que vivan los novios!
Truco: Contratad los servicios de una wedding planner que os ayude con todo lo que necesitéis y os permita liberaros de carga y disfrutar de todo el proceso. Contar con una profesional del sector os ahorrará (mucho) trabajo, pero también estrés, discusiones y nervios. ¡Palabra de novia!
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