Cuando Manuel Mota inventó el vestido camisero para novias, en aquella primera versión para Pronovias, seguramente no imaginaba la repercusión que el modelo tendría en años posteriores en la industria de los trajes de novia. Aquel primer traje evolucionaba hasta convertir a la camisa de novia en una de las principales tendencias de la actual colección 2015 de la firma, que le dedicaba el tramo final de su desfile en la pasada edición de la Barcelona Bridal Week, con diversos modelos de falda amplia con camisa blanca.
La austeridad de esta pareja se disuelve casi automáticamente cuando la accesorizamos como es debido: la comunión de camisa y falda de novia no sólo permite conjugar dos prendas en una, ampliando el abanico de opciones después de la boda, sino que admite emplear parte de nuestro armario preboda con un poco de maña y muchas dosis de estilo.
Lo mismo sucede, pero a la inversa, con las colecciones de costura o de pret-a-porter, donde hemos cazado algún que otro modelo que se ajusta al canon del traje de novia, aplicando la norma camisera. Nuestro favorito: este traje de flores y transparencias de Erdem, con corte de camisa larga y cuello inglés de pico.
Este tipo de cuello, tan identificativo de la camisa femenina, es el mismo que propone Pronovias a las novias del año que viene, combinado con manga corta capeda, o larga de encaje a la muñeca. Otras variantes: el cuello abierto o con gorgueras y maxilazo bajo la barbilla. La camisa se ciñe a la cintura con un cinturón o fajín bordado de pedrería, combinado siempre con una falda amplia de línea A.
Más ejemplos: los que proponían Rafael Urquizar y Paula del Vas en Madrid hace sólo unos días, incorporando el pantalón de novia en blanco a esta fórmula, con cola desmontable para combinar tradición con un look años 70. Las camisas con transparencias y bordados de plumetti también hacen acto de presencia, eso sí, sobre vestidos strapless en palabra de honor.
La versatilidad de la camisa de novia permite reutilizar parte del atuendo nupcial, rebajando el precio del mismo con cada uso que le demos una vez esté colgada de vuelta en el armario. Una sencilla camisa blanca con una falda de aire bridal se basta y se sobra para completar este look, que funciona de maravilla con un modelo de bolsillos y una blusa remangada, como la de la colección 2015 de Isabel Zapardiez.
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