El próximo 24 de marzo es la fecha que la BBC One ha elegido para lanzar Red Nose Day Actually, un cortometraje que hará las veces de secuela de la maravillosa Love Actually. El corto tiene un carácter benéfico y forma parte de la organización Comic Relief que ayuda a combatir la hambruna y otras calamidades que asolan África.
Esta segunda parte reunirá a casi todo el elenco principal de la cinta de Richard Curtis (líder de Comic Relief), pues solo faltarán a la cita Emma Thompson, por problemas de agenda, y el más que añorado Alan Rickman, cuya muerte conmocionó al mundo del cine, televisión y teatro (todavía le echamos de menos).
Con motivo de este extraordinario evento, repasamos las lecciones sobre amor que Love Actually nos enseñó en cada una de sus historias. Por suerte, hoy siguen estando vigentes.
Juliet, Mark y Peter
Un “trío amoroso” muy light. Peter (Chiwetel Ejiofor) no entiende por qué Mark (Andrew Lincoln), su mejor amigo, es tan desagradable con su nueva esposa, Juliet (Keira Knightley).
Resulta que Mark, oculto tras una máscara de respeto, orgullo y timidez (curioso teniendo en cuenta la colección de fotografía erótica de su galería de arte), profesa un amor secreto hacia la buena de Juliet. Mark acaba “confesando” inconscientemente su amor por Juliet al enseñarle un vídeo de su boda con planos únicamente de ella.
Para cerrar el tema (“basta, ya basta”, murmura Mark), el chaval se declara formalmente con una sucesión de carteles repletos de humor y buenas palabras de amor. “Para mí, eres perfecta”, finaliza.
Ella, que no puede resistirlo, le da un tímido y delicado beso en la boca en señal de reconocmiento. Es el final de esa historia. Y, a todo esto, Peter, el marido, no se entera de nada.
En el amor, a veces, tienes que resignarte y poner buena cara, sobre todo por el bien de los demás. Aunque haya sentimientos incontrolables.
Daniel y Sam
La historia más encantadora de la película, aunque se trate de un amor paternofilial. Tras la muerte de la mujer de Daniel (Liam Neeson) y madre de Sam, el primero, que no es padre biológico del pequeño, tendrá que asumir la labor de cabeza de familia. El primer escollo, aunque le resulte surrealista a Daniel, será afrontar el profundo enamoramiento del joven hacia la chica “más guay del cole”, Joanna.
No, la historia de amor no habla de Sam y Joanna. ¿Por qué? El amor se manifiesta de múltiples formas y Daniel y Sam desarrollan una relación maravillosa que les convierte en una familia sólida.
Y, además, se lleva a la chica.
Jamie y Aurelia
Cuando el pobre Jaime (Colin Firth) descubre que su hermano se acuesta con su mujer, su camino, adornado por todas sus fracasos amorosos, cambia de rumbo. Hundido, se dirige a un lugar de retiro en Francia con todo el pack bucólico (casa de madera fantástica, un lago y las musas) para limar su último libro antes de Navidad.
Allí, se enamora de la mujer portuguesa que limpia su casa, una tal Aurelia (Lúcia Moniz) a la que conquistará con la torpeza marca ‘Colin Firth versión encantadora’.
Al volver a la realidad, justo en Nochebuena (¿cuándo, si no?), Jaime descubre que hay que arriesgarse y luchar por lo que uno quiere. En este caso, el ‘prota’ debe aprender portugués, coger un vuelo a Francia y llegar hasta el barrio portugués de Aurelia. La familia de esta, pintoresca cuanto menos, le llevará hasta el premio final.
El ya célebre “Bonita Aurelia” con el que Jaime empieza su pedida de mano siempre quedará en nuestras memorias. A veces, hay que darlo todo en el amor.
Billy Mack y Joe
Una de las grandes manifestaciones del amor es la amistad. Billy Mack (Billy Nighy), un exdrogadicto que llegó al Olimpo del rock en su tierna juventud, vuelve al candelero con una versión de Love is all around en tono navideño. Finalmente, nuestro amigo vuelve a lo más alto y se convierte en la estrella de la Navidad.
Sin embargo, cuando tiene la oportunidad de celebrarlo con sexo y alcohol, Billy decide abandonar el hedonismo y “lanzarse a los brazos” de su manager, Joe, para celebrar la Navidad y la amistad. Sí, solo para eso (y ver porno y emborracharse, claro). La amistad es un tesoro.
Karen y Harry
Una de las historias más amargas, pero quizá la más poderosa y con los valores más importantes. ¿Por qué? Porque la infidelidad de Harry (Alan Rickman) hacia Karen (Emma Thompson), aunque es una fatídica circunstancia del amor, consigue burlarse. ¿Cómo? Con reflexión, decepción, muchas lágrimas y canciones de Joni Mitchell.
No es fácil superar una infidelidad basada en la mera atracción y el sinsentido, pero las cosas pasan y, si de verdad se quiere, se superan. A Karen le cuesta horrores, pero, después de sentirse ridícula, parece que su matrimonio merece una segunda oportunidad.
David y Natalie
La relación entre el Primer Ministro (Hugh Grant) y Natalie (Martine McCutcheon), su secretaria, demuestra varias cosas. En primer lugar, que el flirteo machista, como el que intenta el Presidente de Estados Unidos encandilar a Natalie, es repugnante. En segundo lugar, que el estatus, la posición y los estereotipos no son impedimentos para sacar una relación adelante. De hecho, David se prenda inmediatamente de Natalie, aunque esta se aleja de los cánones de belleza vilmente impuestos por la sociedad, y a pesar de la diferencia de posiciones sociales.
El amor lo puede con todo y no incluye prejuicios, aunque esta filosofía debería aplicarse a cualquier tipo de relación.
Colin y la vida
Colin (Kris Marshall) es el personaje más gamberro de la película. Solo quiere pasarlo bien, con su visión personal del amor como bandera.
Con un punto de realismo mágico, el chico demuestra que los sueños pueden cumplirse. Su deseo, aunque eminentemente sexual, pasa por disfrutar con las mujeres y aprovechar su libertad. Para ello, tras su frustración con las chicas inglesas, coge un vuelo a Estados Unidos y comienza un periplo sexual de los que hacen época. Pero hay experiencias locas que pueden acabar en algo más.
Colin: Acabo de darme cuenta de por qué no encuentro el amor verdadero.
Amigo: ¿Por qué?
Colin: Las chicas inglesas son muy estiradas. Y yo resulto más atractivo a las chicas descaradas y dispuestas a divertirse, como las norteamericanas. Así que debería irme a Norteamérica. ¡Allí conseguiría una novia enseguida!
Sarah y Karl
Sarah (Laura Linney) lleva enamorada mucho tiempo de Karl (Rodrigo Santoro), el chico más guapo de toda la oficina. Nunca se ha atrevido a dar el paso, pero en la fiesta de Navidad, tras un baile arrimado, se atisba que el amor es mutuo.
Apunto de culminar el momento en casa de ella, el teléfono suena. Después, vuelve a sonar. ¿Qué pasa? Resulta que Sarah tiene un hermano psicológicamente inestable que requiere su atención permanente.
Finalmente, la realidad se impone, una realidad en la que Sarah debe entregarse al amor fraternal.
Hay historias que acaban mal, pero siempre guardan un poso de amor, aunque quede en familia. La historia nos enseña que la vida es dura y que debemos sacrificarnos por los seres queridos, aunque, a veces, ello implique estar incompletos.
John y Judy
El amor puede surgir en cualquier lugar, incluso en el set de una película pornográfica. Pero nuestros protagonistas no son actores porno, sino los dobles de luces. Por eso, deben recrear las secuencias sin sexo para que el director de fotografía sepa cómo colocar todos los aparatos lumínicos.
Entre prueba y prueba, una chispa de amor encantador surge entre ellos. Lo más curioso es que, teniendo en cuenta su trabajo (desnudos y simulando relaciones sexuales), la timidez e inocencia de ambos es clave en la historia. Son como dos niños.
Love Actually es magnífica. ¿Estará su corto a la altura? Pronto lo descubriremos. Mientras tanto, deleitémonos con las bondades y realidades del amor gracias a esta maravillosa película que jamas envejecerá.
Quizás también te interese:
Cómo conseguir una relación de pareja feliz y sana
9 momentos total love que se viven en todas las bodas
Todas las lecciones de amor y sexo que aprendimos de ‘Sexo en Nueva York’
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario