Si una boda supone un maravilloso caos con las innumerables partidas que atender, ¿te imaginas cómo sería estando embarazada? El asunto se complica, pero no le quita un ápice de especialidad; de hecho, la alegría se multiplica, aunque hay que saber exactamente cómo actuar.
Ya que las preparaciones de la boda y de la llegada del bebé se solapan, lo mejor es aprovechar las virtudes que ambos acontecimientos ofrecen. ¡Apunta, apunta!
3. Apostar por una celebración íntima
5. Escoger alternativas de comida y bebida
1. Contratar o pedir ayuda
En toda boda se debe ser realista, pero si estás embarazada, con más motivo. ¡No te engañas y pide ayuda! Y no solo a la hora de ir de un lugar a otro a ver, revisar o a recoger cosas, sino de planificar, de contratar, llamar y alquilar.
Antes de nada, elabora un calendario en el que se complementen las diferentes etapas del embarazo con la planificación de la boda. Es la mejor forma de cuadrar todo y de no perder detalle del cumplimiento de cada estadio del proceso. En este calendario, coloca metas asequibles en las que se tengan en cuenta el presupuesto con el que cuentas, el tiempo libre del que dispones en caso de que estés trabajando y cuántas personas pueden ayudarte.
Y relacionado con el último punto, pide ayuda a tu pareja, a tu familia y a tus amigos. Intenta que cada uno se encargue de alguna partida o de cerrar los flecos de alguna de ellas. Si no, te recomendamos encarecidamente la contratación de una wedding planner, mucho más útil si estás encinta. Ella se encarga de todo gracias a su experiencia en el sector y a sus contactos con los proveedores del universo de las bodas. Con su colección de profesionales, podrá gestionar las partidas más complicadas y todo el papeleo correspondiente.
La wedding planner también puede ayudarte en la elección del estilo perfecto para la boda, pero contrates sus servicios o no, te sugerimos centrarlo en la llegada del nuevo miembro de la familia para darle un toque mucho más encantador e ilusionante.
2. Aprender a relajarte
Aunque la boda es importante, el pequeño que está en camino y tú lo sois mucho más, por lo que no debes descuidar tu salud en absoluto. Para ello, la contratación de profesionales que gestionen toda la boda, así como la ayuda de tus allegados es clave, pues reduciría el estrés que pudieras sufrir y perjudicarte de cara al embarazo.
Por otro lado, aprende a relajarte en el día a día, acude a clases de meditación o a las de yoga o de pilates que se dedican especialmente a mujeres embarazadas. En ellas, además de trabajar todas esas disciplinas, podrás centrarte en ejercicios muy concretos para mujeres en este estado. Este tipo de prácticas ayudan a acabar con el estrés y a gestionar el humor, el cual puede sufrir con los cambios hormonales y con la difícil gestión de todos los acontecimientos que están por venir. Y aunque te centres en otros ejercicios, no debes dejar de hacer deporte y de mantener la buena forma con ejercicios adecuados para mujeres embarazadas.
Tampoco descuides tu alimentación, aunque siempre puedes dejar espacio para los caprichos. Diviértete siempre que puedas, mantente activa, despeja tu mente y descansa cuando lo consideres; distráete para no pensar en la boda y libera tensiones, siempre manteniendo los límites de cualquier mujer embarazada.
3. Apostar por una celebración íntima
Si estás embarazada, evita todo tipo de complicaciones para que la boda salga redonda. Y no solo durante la gestión de la celebración, que acumula la mayor parte del trabajo y del estrés, sino durante el Día B, donde los invitados y servicios pueden alterar la viabilidad de un acontecimiento de debería ser perfecto.
Así, te recomendamos la organización de una boda íntima, con las personas que realmente quieres y que te apetece ver de verdad. Así, evitarás un estrés mayor y una posible irritación extra.
Al mismo tiempo que el número de invitados es menor (con las personas que realmente importan), también lo es el número de servicios o la dificultad para gestionarlos. Es mucho más sencillo manejar pequeñas partidas que otras mucho más grandes.
4. Elegir el look de novia
El look es muy importante en una boda de estas características. Obviamente, el vestido de novia ha de ser especial y adecuarse al estado en el que se encuentra la protagonista.
En primer lugar, es importante entender que una mujer embarazada no tiene por qué lucir menos que una mujer que no lo está. De hecho, muchas sacan más partido a su apariencia temporal que otras novias que no están embarazadas. Dicha apariencia, combinada con una vida saludable, puede redondear un aspecto de lo más radiante y encantador. Y para decorar tu figura, nada como un vestido de novia para embarazada, disponible en casi todas las marcas. Estos se adaptarán perfectamente a la nueva silueta, con más hueco para la zona de la tripa y perfectamente moldeado en las zonas menos abultadas.
Asimismo, los pies son las zonas más delicadas, porque, además de soportar un peso mayor, tienden a hincharse en momentos de gestación. Recomendamos no escoger un zapato con demasiado tacón para evitar un agotamiento mayor, dolores y posibles caídas, mucho más graves en esta situación. Si bien no está de más jugar con un poco de tacón durante la ceremonia, aperitivo y banquete (si la novia se siente cómoda así), a la hora del baile el calzado debe ser aún más cómodo para moverse sin ningún tipo de riesgo.
5. Escoger alternativas de comida y bebida
Como ya hemos dicho, lo más importante en este contexto es la salud de la madre y del bebé que está en espera. Y la comida y la bebida es clave en este sentido, ya que cambia en muchos matices cuando se da esta situación.
Por ello, en esta boda, y en general en todas, debería haber opciones especiales para las mujeres embarazadas. Entre ellas, delicias que huyan de los pescados y carnes crudos y bebidas apetecibles sin alcohol. En este sentido, dispón combinados y cócteles libres de alcohol que estén trabajados y puedan añadir la originalidad que normalmente tiene ese tipo de bebida alcohólica.
Esperamos que estos consejos os hayan ayudado, ya veréis como vuestra boda será perfecta, tal y como siempre la habéis imaginado.
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