Después de casaros o de iros a vivir juntos, en algún momento tendrá lugar la primera cena con amigos o familiares. ¡No te asustes! Sabes perfectamente que todos ellos analizarán cada rincón de tu casa, desde el tamaño de las habitaciones hasta el estilo del salero y el pimentero, así que mejor saberlo de antemano y estar preparado. Además, la comida que ofrezcas, los detalles, las manías y todo lo que resulte curioso en un ambiente totalmente personal en el que jamás te habían ubicado antes. ¡Ya no estás en casa de papá y mamá! Tampoco estás compartiendo piso con tus compis de universidad, así que las cosas son distintas. De cara a una cena más o menos importante, ten en cuenta varias cosas.
Recibidles con música
Un poco de música para que el ambiente se relaje y surja el buen rollo que ha de primar durante toda la velada. En este sentido, la idea es música de ambiente, como melodías chill out, jazz suave, blues o soul. ¿Música comercial? No está vetada, pero algo con más estilo quizá quede mucho mejor. ¿Heavy metal? Nada aconsejable, ni hip-hop o reggaeton. ¡Nada que te acelere demasiado!, pues este momento es para recibir a tus invitados y, tras ver la casa, relajarse y mantener una conversación distendida. La música puede decorar la escena durante toda la noche.
Enseñad vuestra casa
Es obvio, ¿no? También lo es que esta esté limpia y ordenada, pues cualquier señal de mancha o desorden te colocará un sambenito de difícil supresión. Aun así, mantened vuestra personalidad y no coloquéis la casa de una forma diferente solo porque vengan invitados. Huid del orden milimétrico de Ikea, de la página 17 de la revista El Mueble y sed vosotros mismos.
Ofreced un aperitivo
Al llegar tus invitados, justo después de enseñar la casa, ofreced un aperitivo. Este está abierto a muchas posibilidades, pero la cerveza, el vino y, en segundo lugar, los refrescos, deberían estar a punto y fresquitos, solo por si acaso. Asimismo, no estaría de más un refrigerio para preparar el estómago mientras se termina de hacer la cena. ¿Recordáis cuando venían vuestros amigos a casa y les sacabais varias bolsas de patatas? No lo hagáis: utilizad recipientes acordes y variedad de aperitivos. No seáis cutres.
¡Ojo! Queda bien que todavía queden un par de pinceladas para terminar el banquete, pues la comida recién hecha ofrece buenas sensaciones y evidenciará que habéis trabajado duro para ello.
Conoced los límites
En la primera cena con invitados, debería evitarse todo lo relacionado con la palabra exceso. Nada de sacar la vajilla más rococó, ni un menú digno del Bulli… ¡No te pases! No vais a recibir a la Reina de Inglaterra, ni siquiera a Matías Prats. Son tus amigos y familia y, aunque podéis sacar una vajilla y cubertería bonitas, así como unos platos bien preparados, intentad que no se note que queréis impresionar. Hay que conocer las circunstancias y estar a la altura de las mismas sin hacer el ridículo.
Por otro lado, tampoco te pases de humilde. Las pizzas pueden solucionar un tipo de noche concreta, ya sabes, con peli, videojuegos o aquellas que requieren cierta improvisación. Pero si la invitación es más formal y es la primera vez que vienen a veros, no estaría de mal que abordéis la cocina y preparéis algo interesante. Y nada de manteles de papel o vasos de plástico.
Evita el sexismo
Durante toda la velada, desde el aperitivo hasta las copas (si las hay), intenta que hombres y mujeres compartan conversación y no haya aislamientos por géneros. Aunque parece una tontería, es cierto que esta diferenciación se puede dar por inercia, principalmente por los temas de conversación. Así pues, buscad una solución con temas generales donde todas las personas implicadas puedan participar. Si asumís esa desde el primer momento, os tildarán de pareja ejemplar: tolerante, abierta y con la que da gusto estar. Y es que, hay pocas situaciones más incómodas que una conversación en alto sobre fútbol en la que solo participan dos personas, normalmente separadas en la mesa, y en la que el resto se queda mirando.
Dejad vuestras diferencias para más tarde
Vuestra relación acaba de entrar en una nueva fase y casi todo ello suele implicar felicidad. No obstante, la convivencia da lugar a ciertas rencillas y no es conveniente que saquéis vuestras historias negativas delante de vuestros invitados. ¿Os suenan esas parejas que te hacen sentir incómodo al discutir delante de todos? Podríais ser vosotros y seguro que no os apetece nada. Dejad las disputas sentimentales para después de la cena, cuando ya no haya invitados. Además, ese tipo de broncas en público, aunque sean muy pequeñas, os otorgarán mala fama.
Preparad un buen final
No os pedimos actuaciones circenses, sino un poco de chispa. Si la cena deriva en copas, olvida las reuniones de colegas con cuatro hielos, botellas volando y vasos de plástico que se rajan a las primeras de cambio. Necesitas calidad, mejor alcohol, buena cristalería y, sobre todo, ganas de pasarlo bien. Preparad dulces, que nunca están de más.
Recuerda: una cena con amigos o familiares no tiene nada que ver con tus fiestas de la adolescencia. No decimos que no montes algún sarao importante con amigos, pero hay momentos que requieren ciertas normas. Ya sabéis.
Además, descubre ¿qué hacen los chicos emparejados cuando salen solo con amigos? y las 5 razones para organizar una fiesta con tus amigos la noche antes de tu boda.
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario