La Generación Millennial, con miembros entre los 20 y los 35 años, tienen en las redes sociales un gran aliado. Para documentar su vida, para compartir experiencias, para mostrarse como ciudadanos del mundo, estos jóvenes tienen un contacto diario con redes tales como Facebook, Instagram, Twitter o Tiktok.
En las bodas, este componente ha irrumpido con fuerza, pues forma parte de la personalidad de los novios adscritos a esa generación. Por eso, su protagonismo en eventos de estas características es elevado. Las fotos, hashtags, comentarios e interacciones bailan en un frenesí virtual que a veces es positivo y, otras veces, no lo es tanto.
Aspectos positivos de las redes sociales
La tecnología y sus productos más ambiciosos tienen multitud de aspectos positivos. ¿Cómo contactaríamos con algún ser querido en un momento de urgencia? En las bodas de la presente década y las venideras, los smartphones tienen un papel crucial, ya sea por Internet, las cámaras integradas para fotografiar la boda o las redes sociales.
Desde La Lola se Va de Boda creen que las redes sociales sí que son beneficiosas en las bodas, utilizadas en su justa medida. “Ya que permiten que los invitados compartan con todos los suyos esos momentos de felicidad o esos rincones con encanto que se han preparado con tanto cariño”, detallan. Además, todo ello siempre que a los novios les parezca bien, puesto que hay novios que quieren guardar su intimidad y que no les gusta que aparezcan fotos suyas en las redes.
Por otro lado, consideran que para los profesionales éstas son una magnífica ventana que ayuda a viralizar su trabajo, tanto en sus propias redes como en la de los invitados.
Con estas redes, los hashtags ayudan a contextualizar la boda y permiten crear una estructura fotográfica a modo de reportaje. Según Yvonne Comadrá de Belle Day Eventos, “el hecho de crear un hashtag para tu día y que los invitados puedan colgar fotos en Instagram, Facebook, etc., hace que sean más partícipes del día y tengan un “extra” divertido durante esos momentos en los que no esté sucediendo nada durante la celebración”. Con estos instrumentos, los invitados y novios suelen hacer más tonterías y, en general, descubren formas de diversión desconocidas hace años. Los photocall y photobooth también contribuyen a ello.
“En Minimú creemos que las redes sociales son una herramienta fundamental a la hora de preparar una boda, eso sí, todo en su justa medida, pues el exceso de información puede acabar en bloqueo o saturación. Indudablemente en el mundo que nos movemos tenemos la gran suerte de poder acceder muy fácil a la información, coger ideas e inspirarnos”, comenta Ana García de Minimú Atelier.
Además, tanto las cámaras de los teléfonos móviles como las redes sociales tienen mucho más que decir en este contexto, así como Comadrán, que tiene más lanzas que romper en favor de estas aventuras tecnológicas: “Gracias a estas fotos, los novios pueden disfrutar de algunos recuerdos antes de recibir el reportaje profesional de los fotógrafos, que suele tardar meses, pues siempre es bonito recordar algunos de los momentos más felices de tu vida inmediatamente después de vivirlos”, cuentan desde Belle Day Eventos. Con las fotos en las redes sociales de más renombre, las interacciones (me gusta, publicaciones compartidas y comentarios) dan voz a los asistentes y ausentes, siempre con la inmediatez como elemento estrella. ¡Los novios sabrán en poco tiempo cómo ha sido su gran día!
Por su parte Beatriz de Bianca y Radiante dice sí a las redes sociales, ya que pueden ser una herramienta muy beneficiosa en las bodas. Además, os aconsejan algunas que, a su juicio, como profesionales, les parecen muy interesantes y con algunas estrategias:
- Podéis crear un grupo cerrado en Instagram y ofrecer a amigos e invitados que no puedan asistir al enlace, la posibilidad de seguir la boda con imágenes y vídeos en directo.
- Algo que ya suelen hacer los fotógrafos y videógrafos: los novios pueden ver un pequeño avance de su reportaje de bodas y vídeo mientras están de luna de miel.
- Crear un hashtag con los nombres de los novios sin olvidarse de etiquetarles.
Dice que es una manera rápida, fácil y ahora, casi al alcance de todos, de contactar con los invitados para confirmar asistencia y hacerles saber datos importantes o de interés. “Sin duda, es una buena forma de localizar críticas, imágenes y trabajos de proveedores de boda que ya hoy en día se anuncian en casi todos en redes sociales”, apuntan como dato final.
Aspectos negativos de las redes sociales
“No es oro todo lo que reluce” y las redes sociales, con todas sus virtudes, también traen una pila de aspectos negativos, a veces demasiado importantes. En mi primer lugar, debería quedar claro que las fotos más importantes son las de los fotógrafos contratados. El trabajo de estos profesionales incluye una retribución que va asociada a la dura labor de ese día, a la calidad de sus imágenes y a sus conocimientos sobre fotografía, ausentes en los invitados.
Por ello, desde Belle Day Eventos ponen como principal lunar de estos avances tecnológicos el entorpecimiento del trabajo del profesional, porque “son tantos los invitados que quieren sacar la mejor foto para colgar en las redes sociales que, en muchas ocasiones, sin darse cuenta, plantan su teléfono en medio del encuadre perfecto (por ejemplo, en el pasillo por donde la novia está haciendo su entrada a la ceremonia) y eso perjudica y ralentiza el trabajo del reportaje profesional”, afirma Comadrán de acuerdo a su experiencia en bodas. Las fotos de los invitados son necesarias, pero nunca deben influir en el trabajo de los que realmente saben del tema y han sido contratados para la ocasión. Sería ridículo en sentido contrario. Para captar los detalles y pasar desapercibido, hay que ser rápido, sigiloso y cuidadoso, o colocar las cámaras en lugares estratégicos.
Otro punto negativo de las redes sociales tiene que ver con la importancia del momento. Con las últimas tecnologías, nacidas para documentar cada instante de la vida, el ser humano se ha acostumbrado a observar el mundo a través de una pantalla. Así pues, se pierde el valor de la mirada directa, del “aquí y ahora” y la gracia de observar el mundo tal y como es, sin filtros.
La obsesión por guardar todo en nuestras tarjetas de memoria supone un problema para la asimilación de la vida de manera real. Las personas pierden el tiempo en coger el teléfono, activar la cámara y, con el Coliseo, el Cañón del Colorado o las Cataratas de Iguazú delante, abrir la red social de turno, subir la foto y atestar el pie de la misma con innumerables hashtag. ¿De verdad están disfrutando de ese mágico instante? Hay momentos únicos que merecen una atención total. La realidad es mejor en primera persona, sin mediadores. ¡Guarda la cámara!
El comportamiento que Comadrán denuncia suele darse en viajes, conciertos y demás eventos, como las bodas. Para esos momentos, la wedding planner de Belle Day Eventos tienen un consejo: “Si es la boda de tu hermano, mejor amigo, etc., creemos que es importante vivir ese momento, sentir lo que esa persona está sintiendo y compartir con esa persona los sentimientos que en ese momento están a flor de piel, algo que a través de una pantalla no podrás sentir”. Más claro no se puede decir.
¿Qué opinas? ¿Crees que las redes sociales catapultan la diversión de las bodas gracias a la permanente interacción? ¿Crees que, por el contrario, motivan la pérdida de emotividad en favor de la superficialidad? El equilibrio es la clave.
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