El crop-top lleva un par de temporadas dando guerra, aunque no ha sido hasta la llegada de las colecciones 2014 que ha hecho pleno entre los vestidos de novia: maxifaldas tipo princesa, lápiz o globo, que dejan el ombligo al aire con un top cortado por debajo de la línea del pecho.
El crop-top es eso, literalmente: un top corto que ya hacía furor en los años 80. Madonna lo ponía de moda entonces, y poco después la película ‘Flashdance’ hacía lo propio, popularizándolo entre adolescentes de todo el mundo. Una década más tarde, las camisetas ombligueras volvían con fuerza (como todas las tendencias), y ahora que se cumplen veinte años de su aparición, el crop-top se ha expandido como la espuma entre las colecciones de prêt-à-porter y, por extensión, entre las pasarelas de novias.
La regla de oro para llevarlo con gracia: si el top es ceñido, la falda deberá tener una línea fluida, a poder ser en encaje, aunque también funcionan las ‘minis’ estilo bombonera, que ayuden a compensar la silueta. El crop-top de novia suele ser algo más largo de lo que encontraríamos en las versiones del high end, aunque algunas opciones, como las que integran la colección otoño-invierno 2014 de Houghton, presentan camisetas tipo bandeau, que se estrechan en torno al pecho, cubriendo el cuerpo con una capa volada de encaje.
Aunque parezca mentira, no es necesario lucir unos abdominales de acero: los trajes de novia con un top cortito suelen alargarse hasta el ombligo, o cubrir la piel de la espalda y el vientre con un sheer panel o una transparencia en el mismo color. La idea es poder lucir un crop-top sin tener que faltar del todo al protocolo de la boda.
Una de las primeras colecciones en aventurarse con esta tendencia no fue otra que la de Oscar de la Renta 2013, que ya el año pasado avanzaba un conjunto de novia con pantalón de pata de elefante en color blanco, top de encaje y bolero de volantes y pedrería. El modelo pasaba desapercibido, aunque, doce meses más tarde, se considera pionero de esta tendencia, que hará furor en las bodas veraniegas.
El vestido de novia de estilo crop-top comparte ventajas con otras creaciones dos piezas, permitiendo utilizar las diferentes partes del outfit por separado, o jugar con los colores, introduciendo variaciones en el look tradicional de la novia.
Un ejemplo: nos encanta este top en encaje de color negro con manguita al codo de la firma Grace Loves Lace. Una prenda de este tipo permite combinar una americana de pedrería con una falda en color marfil. Un look sencillo y muy cool, que se puede reutilizar después de la boda.
Más colores: esté en azul celeste de Topshop, para novias amantes del low-cost. La manera más sexy de poner el ‘algo azul’ al look de la novia.
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