Marina y Fran comenzaron una bonita relación de amor el 21 de octubre de 2004 y desde entonces no se han separado ni un solo minuto. Diez años después y coincidiendo con la llegada del verano, Fran le pidió matrimonio. Eligió para el gran momento un bonito escenario, Roquetas de Mar, la playa que tanto le gustaba a la novia. Una mañana, mientras paseaban al perro, sacó una pequeña cajita negra y le mostró un precioso solitario de oro blanco y un diamante, se sentó a su lado y le dijo: “ahora sí, como te mereces, cásate conmigo, ¿no?”. ¡No pudo ser más especial!
La boda se realizó el 13 de junio en Las Rozas (Madrid) con una ceremonia muy emotiva celebrada en la Parroquia de san Miguel Arcángel, una iglesia pequeñita y modesta con una escalera espectacular en la entrada. Para el gran día, Marina escogió un vestido de Pronovias. Lució radiante con el modelo Casey de la colección Atelier Pronovias 2015, “lo vi y supe que era mi vestido”, confiesa. Era un modelo de seda, con corte princesa y escote corazón, sin pedrería ni encaje. Acompañó el vestido con una mantilla blanca hecha a mano, prestada por su cuñada.
Como complementos, llevó unos pendientes de cristal de Swarovski, una tiara de DiDom y el anillo de pedida. En cuanto a los zapatos, eligió el modelo Sarah de la marca Perfect. ¡Unos peep toe preciosos!
El ramo fue obra de Iris, arte floral: rosas, astilbe, lisiantus, fresias, alchemila, brunia, aconitum malva y verdes safari; al igual que la decoración de la parroquia y del restaurante.
Para el maquillaje y el peinado confió en la peluquería Raquel Mosquera, su peluquería de toda la vida. Optó por un recogido bajo y un maquillaje con tonos rosas y blancos en los ojos y un brillo rosa palo en los labios.
Por su parte, Fran llevó un reloj de Viceroy estilo casual-sport, regalo de la novia por el compromiso, adquirido en la joyería Eyma, y unos gemelos que compró él por internet que mostraban plenamente su personalidad. Eran los botones de un mando de una videoconsola retro, una de las tantas videoconsolas que colecciona. ¡Un novio muy original!
La ceremonia estuvo llena de momentos especiales que los novios siempre tendrán presentes gracias a los profesionales de El Velo Blanco, un estudio de fotografía que capturó las fotos de los mejores instantes haciendo del gran día un conjunto de momentos inolvidables para el nuevo matrimonio.
El banquete se celebró en los salones de boda del Restaurante Gaztelubide de Las Rozas. Los novios ya conocían el lugar y sabían que tanto la comida como el servicio eran exquisitos. Los novios organizaron un seating plan como si se tratase de un casting de cine. Cada mesa correspondía a un actor de películas de los 80-90, desde “La mesa del director” hasta la mesa “Sandy Olson” (la protagonista de Grease), la mesa Maverik (de la película de Top Gun), la mesa Kevin McCallister (de la película Solo en Casa), etc. ¡El banquete salió genial!
Y estas fotografías son una muestra de los preciosos recuerdos que Marina y Fran tienen de su gran día. Para ello, confiaron en El Velo Blanco, quienes realizaron un maravilloso reportaje de boda y de pre-boda para los novios. Además, prepararon para ellos un “tendedero de los deseos” sustituyendo al tradicional libro de firmas.
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