La boda de Eli e Iván es un ejemplo de una preciosa celebración exprés organizada con un gusto muy especial, como lo es su bonita historia. Como si de una típica serie americana se tratara, se conocieron en el instituto, concretamente en una excursión a la Ermita de Sant Ponç propuesta por un profesor que tenían en común, con el objetivo de que los alumnos de las diferentes clases se conocieran. ¡Y vaya si lo hicieron! Doce años después siguen con la misma ilusión que el primer día y así desean que sea para siempre.
La pedida de mano, por supuesto, estuvo a la altura. París y su torre Eiffel fueron los testigos de uno de los momentos que Eli e Iván nunca olvidarán. La Navidad de 2011 fue el momento elegido por el novio y el Muro Je T’Aime fue el rinconcito que escogió para la ocasión. Ahí fue su primer “Sí, quiero”.
El segundo llegó en un día muy especial: el 1 de diciembre, el mismo día en que se casaron los padres de Iván. El lugar elegido, como no podía ser de otra forma, fue el pueblo de ambos: Tordera (Barcelona).
Pero la fecha provocó un contratiempo: ¡3 meses para organizar la boda! Aunque, eso sí, desde el primer momento, tuvieron una cosa clara: querían que la boda fuera realmente suya, ¡sin seguir costumbres ni paripés!
Después de mucho buscar en muy poco tiempo, la novia eligió para su gran día un vestido diseñado exclusivamente para ella por Auriana, una modista de las de antes, “de las que ya quedan pocas”, asegura Eli. Y éste fue el resultado: un espectacular modelo, el vestido con el que ella siempre había soñado. La modista supo plasmar en un bonito diseño de los años 50 con toques rojos, lo que la novia llevaba tanto tiempo buscando.
En cuanto a los zapatos, Eli quería un modelo cómodo para disfrutar al máximo en su gran día y, sobre todo, buscaba sorprender y combinar perfectamente con el estilo de su boda. Por ello, eligió estos zapatitos rojos de charol de la firma catalana Camila’s, ante los que Iván, que decidió acompañarla en ese momento, exclamó asombrado: “Si éstos son los zapatos, no me puedo imaginar cómo será el vestido. Has roto todos mis esquemas”.
Las alianzas de boda eran muy especiales, Eli e Iván se las regalaron en el primer San Valentín que celebraron juntos hacía 10 años, por lo que en la boda ¡no podían faltar! Los pendientes que llevaba la novia fueron un regalo de Iván pocos días antes de la boda, dos bonitas perlas con brillantes, que decidió llevar en el día más importante de ambos. ¡Todo fue emotivo en esta peculiar celebración!
Siguiendo su estilo, confió en Madera&Chocolate, quienes diseñaron para Eli un ramo de novia espectacular, con algodón como flor y bayas de acebo, además de darle un toque invernal a toda la celebración. El novio también se sumó al colorido look con un bonito algodón como botonier. ¡Una pareja combinada a la perfección!
Para el maquillaje y peinado contó con las maravillosas manos de Mireia de Al son de un pincel. La idea con la que Eli siempre había soñado era llevar los labios rojos, y el pelo recogido, pero realmente, hasta la misma mañana de los preparativos de la boda, no sabía exactamente cómo iba a quedar. ¡Un look cómodo y muy personal!
Y así llegó Eli al Teatro de Tordera, el lugar donde celebraron la ceremonia y donde su futuro marido la esperaba impaciente. La celebración del “Sí, quiero” fue muy especial, así como los detalles que se repartieron entre los invitados para celebrar una vez terminada la ceremonia: un pañuelo para las lágrimas de felicidad, arroz y confeti. ¡Un obsequio original que todos supieron apreciar!
Detalles que quedarán plasmados para siempre en las bonitas fotografías de esta preciosa boda invernal. Decidieron realizar la sesión fotográfica de la boda en el lugar donde se conocieron, la ermita de Sant Ponç y, para ello, confiaron en Norma Grau, una profesional de la fotografía que supo entender lo que los novios querían desde el primer momento: una boda diferente con mucho estilo.
Un estilo que provocó que la decoración del banquete fuera más que espectacular. Mas Solà, el lugar donde decidieron celebrar el enlace, se convirtió en un espacio invernal ideal, decorado a la perfección con detalles maravillosos, gracias a Madera&Chocolate, la empresa de wedding planner que organizó la boda ¡de casualidad!
En los pocos meses que Eli e Iván tuvieron para dedicarse a la planificación del gran día, se centraron en buscar lo mejor para realizar una boda diferente y especial, hasta que se toparon con un sorteo web de Madera&Chocolate de una organización de una boda de invierno. ¡Su sueño! Por supuesto, decidieron concursar y, por suerte, ¡ganaron el premio! A partir de ese momento fueron perfilando cada detalle hasta conseguir una celebración ¡tan singular como ésta!
Pompones, mesa de madera, algodones, lana y color rojo: ¡un escenario invernal muy nórdico! Las chicas de la empresa de wedding planner se encargaron de todo: los arreglos florales, el ramo de la novia, el diseño gráfico, las minutas, las invitaciones… Todo con un minimalismo muy acogedor que ayudaba a coordinar todos los elementos para crear lo que fue ¡una celebración de ensueño!
Si algo tenía claro la pareja es que “la comida es la excusa perfecta para reunirse con la familia y compartir risas”, por ello querían obsequiar a los invitados con un detalle diferente que les sorprendiera: un pack de momentos mágicos compuesto por un queso, un pan y un vino. Igual de especial que el recuerdo que familiares y amigos dejaron a los novios: un mensaje muy emotivo en rodajas de madera que los Eli e Iván conservan enmarcados como parte de la decoración de su hogar.
Como broche final, la pareja bailó al son de Let’s Stay Together, de All Green, la canción favorita de Eli y la mejor melodía para hacer de uno de los momentos más esperados de la boda por todos los invitados, un espacio íntimo donde la pareja sintió que estarían juntos toda la vida.
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