Para Denise y Albert había una cosa clara sobre el día de su boda: tenía que ser algo especial. Conseguir un escenario de cuento de hadas y hacer que todo se desarrollase como ellos habían previsto, fue, como en el caso de cualquier otra boda, la parte más difícil de los preparativos. Sin embargo, con esfuerzo y la ayuda de profesionales de excepción, entre ellos la fotógrafa Mónica Carrera, consiguieron que su gran día saliese tal y como siempre habían deseado.
Su vestido de novia fue una de las primeras elecciones que tuvo claras. Se decantó por el modelo Dietrich de la colección 2013 de Pronovias. El diseño, elaborado en encaje con corte estilo sirena, detalles de plumas en el escote corazón y un adorno de pedrería marcando el escote justo por debajo del pecho, no podía favorecerla más.
Para sus zapatos, Denise confió en Marella y apostó por unas sandalias con detalles de pedrería de altísimo tacón y en color plateado, un toque muy chic para una novia en la que la elegancia jugó un papel fundamental. Para el ramo, la flor favorita de las novias en los últimos años: la peonía. En color rosa y combinada con rosas blancas y pequeños toques de paniculata, conformaron un precioso bouquet elegante y muy chic al mismo tiempo.
Sara Buira y su compañero Tony fueron los responsables de la peluquería y el maquillaje de la novia. Para que Denise luciese natural en su gran día, apostaron por un maquillaje en tonos neutros realzando tanto su mirada como sus labios, a los que dieron un toque de brillo. La luz en su rostro era la característica principal de su look que hacía que su mirada se iluminase en cada foto. Para el pelo, la novia apostó por un recogido un tanto casual, con algunos mechones sueltos. ¡Estaba preciosa!
Por su parte, Albert apostó por un traje negro de Hugo Boss que complementó con una pajarita, cual esmoquin. Un toque ideal para una boda en la que la elegancia estuvo más que presente.
Para la ceremonia civil y la celebración posterior, Denise y Albert confiaron en la Finca La Boscana que, con la ayuda de las organizadoras de eventos de Jaiak, se convirtió en el escenario de cuento que ambos habían previsto para su gran día.
Y es que, cuando los invitados llegaron a la finca, pudieron disfrutar de cada uno de los detalles que los novios y Jaiak habían preparado para ellos: corners con sombreros y abanicos para librarse del calor, cestas con paniculata adornando diferentes rincones de la finca, un arco decorado con una cortina blanca que daba un toque bucólico y muy romántico al enlace….
Tras la ceremonia, los novios se marcharon, acompañados por Mónica Carrera, a hacerse sus primeras fotos como marido y mujer. Y lo hicieron con una nueva sorpresa para todos: un coche antiguo que, al modo más tradicional, habían adornado con latas y que hizo las delicias de los novios y sus invitados.
Llegado el momento del cóctel y el convite, las sorpresas, en forma de detalles, se sucedieron de nuevo: un precioso sitting plan con un toque muy rústico que no perdió la elegancia gracias a las lágrimas de cristal que los profesionales de Jaiak incorporaron al diseño, centros de mesa con rosas de pitiminí y flores de colores variados que daban un toque muy alegre y distinguido al conjunto, lámparas colgando entre los árboles disfrazando de salón de gala los jardines en los que se celebró la cena… Y un sinfín de elementos que convirtieron la finca en un escenario de ensueño, muy, muy elegante.
El broche final, el baile de los novios precedido de una suelta de globos, simbolizando los buenos deseos para la pareja, que quedó también reflejada para siempre en sus fotos.
¡Enhorabuena a los novios y gracias por compartir con nosotros vuestro gran día!
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