Fundamental en las bodas de verano, el abanico es un aliado perfecto para paliar los calores de la estación y, al mismo tiempo, ‘disimular’ los nervios el día de tu boda. Un complemento tradicional para las novias, que va mano a mano con el velo o la mantilla, que podrás lucir con orgullo en tu día.
A pesar de sus ‘aires’ venidos del sur, el abanico no sólo está pensado para complementar los vestidos de novia con inspiración flamenca: este accesorios es de gran ayuda cuando el calor ‘aprieta’, hasta tal punto que pueda arruinar tu maquillaje o peinado.
Puedes optar por un abanico realizado con encaje, encaje de bolillos, croché o tela pintada. En cuanto a las varillas, pueden ser lisas o caladas, y suelen estar hechas de madera, plástico o incluso de nácar. Dependiendo de los materiales utilizados, un abanico de novia puede oscilar entre los 20 y los 400 euros.
Generalmente, y a diferencia de los de las madrinas o invitadas, los abanicos de novia suelen ser blancos, pero puedes añadir un toque de color apostando por un modelo que combine con el color de tus zapatos.
Cumpliendo con la tradición y las supersticiones sobre la vestimenta de la novia, también es buena idea optar por uno en color celeste, para seguir el rito de llevar ‘algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul’.
España es uno de los países con más tradición a la hora de realizar abanicos de forma artesanal, encontrarás muchos modelos en Jenny Anguera o en Flamenco Olé.
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