Para Carmen y Alberto el trabajo se convirtió en la mejor de las Celestinas. Allí se conocieron en 2007, ya que él pasaba todas las mañanas por el lugar en el que ella trabajaba. Finalmente, un día, se armó de valor para preguntarle a ella su nombre. “Desde entonces no hemos parado de reír y caminar juntos”, aseguran. Y el resultado de esa historia de amor fue una preciosa boda retratada por Hilario Sánchez.
Los novios
Para un día tan especial como el de su boda, Carmen no dejó ningún aspecto de su estilismo bridal al azar y confió en Yolan Cris con un favorecedor vestido de escote ilusión con detalles de encaje en la falda. Lo complementó con unas sandalias de la misma firma que combinaban la comodidad con el estilo diferente que Carmen buscaba para su gran día. Tampoco faltó el ramo, realizado en encaje de bolillos por la propia novia que también se atrevió a diseñar la capa de plumas que llevó para proteger sus hombros del frío.
En las joyas, Carmen buscó el toque más emotivo y personal para su look y se puso una pulsera muy especial: un brazalete dorado con su nombre que su padre había diseñado y creado para ella con encaje de bolillos cuando era pequeña que combinó con unos pendientes hechos del mismo material y en el mismo estilo que la pulsera y con un broche para el pelo también a juego que le sirvió como adorno para su recogido.
Por su parte, Alberto quiso prescindir del look más tradicional y evitó el chaqué. En su lugar, optó por un traje negro hecho a medida que compró en Camille de Le Mans y que complementó con un colorido chaleco y una llamativa pajarita en color rojo y amarillo que también diseñó él mismo y que mandó hacer en Bond and Burlington. Pero sin duda, uno de los elementos más especiales de su estilismo fueron los gemelos, basados en una de sus series favoritas: Juego de Tronos. ¡Todo un look personalizado para su gran día!
La ceremonia
La Finca Sigüenza, situada en esta localidad de Guadalajara, fue el enclave escogido por los novios tanto para la ceremonia como para el convite. La localidad, lugar de nacimiento del padre de Carmen, tenía un valor sentimental para los novios que consideraron que no había mejor lugar para que su enlace fuese único. Antes de desplazarse allí, sin embargo, quisieron romper la tradición de que los novios nunca deben verse antes de llegar al sí quiero y se atrevieron con una sesión first look que dejó momentos de lo más especiales captados por las cámaras de Hilario Sánchez. “Decidimos encontrarnos los dos en la intimidad antes de la ceremonia y fue un momento muy emotivo y especial porque los dos habíamos preparado una sorpresa para el otro”.
Durante la ceremonia se vivieron algunos de los momentos que más emocionaron a la pareja, como la entrada de la novia del brazo de su padre al son de Más que a nadie, de Serrat, y la salida de los recién casados a ritmo de Los Planetas bajo una lluvia de pétalos y arroz.
El banquete
Tras el sí quiero, mientras los novios se hacían sus primeras fotos como marido y mujer, sus invitados se marcharon a la Finca Sigüenza, donde pudieron disfrutar de los múltiples detalles que habían creado para ellos. Querían una boda totalmente handmade y por ello prescindieron de wedding planners. “Finalmente comprendimos que la mejor forma de organizar una boda era que la preparase Carmen…. ¡y qué acierto!” recuerda el novio.
“Cuando visitamos la finca nos dimos cuenta de que era lo que estábamos buscando para nuestra boda de cuento” cuentan los novios. “La decoramos en estilo vintage. Estaba llena de flores naturales y quisimos que todo estuviera basado en los colores que habíamos elegido para las invitaciones que hicimos nosotros mismos: negro y dorado. Nos pareció muy bonita la idea de que el libro de firmas de la boda fuera un árbol del que colgasen los mensajes de los invitados. Al final de la noche nos encantó el efecto del árbol repleto de mensajes en etiquetas colgantes dejados por los invitados deseándonos mucha felicidad”, añaden.
Tras el convite, a cargo del catering Leal Maese, llegó el baile de los novios, a ritmo de la canción Barniz, de Marea, que incluía una sorpresa para todos los invitados: “En vez de abrir el baile con la canción, la bailamos después con los invitados rodeándonos. Queríamos que la fiesta de la boda fuese de ellos y para ellos y quisimos bailar entre ellos y con ellos”.
Baile de los novios
Y es que para Carmen y Alberto, que su boda fuese única y totalmente personal era lo más importante de su gran día y eso fue precisamente lo que consiguieron: un gran día que no solo quedará para siempre en su recuerdo sino también en el de todos sus invitados. ¡Enhorabuena a los dos y muchas gracias por compartir vuestra boda con nosotros!
Si te ha gustado este post, no te pierdas la preciosa boda en una noche de verano de Laura y Juan, ni la historia de película de María y Enrique.
Selecciona a los proveedores que quieres contactar
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario