Antes de conocerse, Elvira y Gustavo nunca imaginaron que podrían ser los protagonistas de una preciosa historia de amor que comenzaría a través de amigos comunes. Sin embargo, así comenzó su historia que culminó en una preciosa boda retratada por el equipo de Javier Berenguer.
La pedida de mano, una gran sorpresa para Elvira, tenía las dosis de romanticismo y emoción que necesita una buena historia. Estando ella haciendo una estancia en la Universidad de Oporto, Gustavo apareció allí por sorpresa para pedirle que uniesen sus vidas para siempre. Por supuesto ella no pudo negarse.
Que su boda iba a tener un gusto especial quedó claro con las primeras imágenes del vestido de la novia: un precioso modelo de estilo vintage y muy romántico de Laure de Sagazan, uno de los diseñadores franceses más de moda, algo muy merecido al fijarnos en lo maravilloso de sus trajes. El modelo elegido por Elvira, un precioso dos piezas con el top elaborado en delicadísimo encaje, no solo le sentaba como un guante, sino que daba a esta novia un aspecto de lo más romántico.
En las joyas, Elvira apostó por la austeridad. Tan solo unos pequeños pendientes regalados por una amiga con un significado muy especial y su anillo de pedida, un solitario de talla princesa de la joyería Suárez.
La sencillez fue la máxima de Elvira que como zapatos lució unas esparteñas de Lucía Be y como ramo un precioso bouquet de peonías rosa pastel y craspedias. Para el maquillaje, confió en una prima del novio, que puso todo el cariño en dejarla guapísima y como peluqueros, los que siempre la habían acompañado desde pequeña. El resultado fue un look muy natural con el que Elvira se sintió ella misma y realzó toda su belleza.
Por su parte, Gustavo apostó por la elegancia más sobria y actual para el gran día y lució un traje de chaqueta que le sentaba como un guante. ¡Iba guapísimo!
La ceremonia civil y la posterior celebración tuvieron lugar en la Finca Jardines de Monteagudo. Allí, durante el sí quiero, se vivieron algunos de los momentos más bonitos del día, que fueron captados por las cámaras de Javier Berenguer.
Tras la boda, mientras los novios se hacían sus primeras fotos como recién casados, los invitados pudieron disfrutar del cóctel de la mano del catering La Victoria.
Allí descubrieron los múltiples detalles que los novios habían preparado para la decoración. Craspedias, peonías y plantas crasas junto a un montaje de sillas blancas y manteles en color vainilla hicieron las delicias de todos los presentes. Y como detalle solidario los invitados recibieron una tarjeta Regalo Azul de Unicef en la que se explicaba a qué se había destinado el dinero invertido por los novios.
Y es que la boda de Elvira y Gustavo estuvo llena de momentos, detalles y gestos que captaron la atención de todos y cada uno de los presentes y los hicieron emocionarse. ¡Enhorabuena a los novios y muchas gracias por compartir vuestro gran día con nosotros! Si te ha gustado esta boda, no te pierdas la de Marianela, una blogger en cuya boda no faltó detalle, ni la de Luis y Alba, una boda que combinó la magia del clasicismo con un gusto especial.
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