Una boda única inspirada en el estilo americano
Aga y Alfonso se casaron en una pequeña iglesia de un pueblo de la sierra madrileña. Tanto la ceremonia como el banquete estaban pensados al más mínimo detalle. ¡Descubre esta preciosa boda!
Esta boda tiene una fuente de inspiración en la decoración y el estilo y es Estados Unidos. Varios amigos de la pareja viven allí y al ir a sus bodas, Aga cogió muchas ideas para la suya. De hecho fue allí donde compró el vestido, los zapatos, las mantelerías y las sombrillas, entre otras muchas cosas.
Para la ceremonia escogieron la acogedora iglesia de Moralzarzal, una construcción del s. XV situada en este encantador pueblo de la sierra de Madrid. Un lugar ideal para dar el “si quiero” por ser íntimo, personal y tener un bonito entorno.
Alquilaron un elegante coche antiguo descapotable en color burdeos que sirvió no sólo para transportarse sino también para hacer parte de la sesión de fotos en él. Unas imágenes que hablan por sí solas, porque transmiten a la perfección el amor de la pareja y lo bien que se lo pasaron en su gran día. De las fotos se encargó Pedro Zamorano que supo captar enseguida la intención de los novios.
El banquete lo celebraron en la Finca El Tomillar de Guadarrama, un lugar que les enamoró en cuanto lo vieron y supieron que era el escenario perfecto para su boda. Del catering se encargó El Puchero de Plata que consiguieron ser el complemento perfecto para el espacio del banquete. Y tanto es así que a diferencia de otras novias, Aga asegura que disfrutó mucho de cada uno de los deliciosos platos del menú y los nervios no le impidieron disfrutar de todo lo que ofrecieron.
La novia iba guapísima con un vestido blanco de escote corazón y volúmen en la falda y un velo. En Estados Unidos la novia compró el traje y los zapatos, los cuales por cierto, en un determinado momento se quitó para ponerse unas cómodas zapatillas deportivas moradas. Un color que también fue elegido para las damas de honor que lucieron diferentes versiones de vestidos pero todas en morado. Una tradición muy americana que cada vez se practica más en nuestro país. Alfonso llevó un uniforme de gala del ejército del aire.
Las sombrillas también las compraron en Estados Unidos y sin duda, dieron mucho juego en las fotografías que quedaron muy divertidas y naturales. El color morado también estuvo presente en el ramo de la novia y en los de las damas de honor.
En esta boda no faltaron los detalles de todo tipo como estas fotografías colgadas de cuerdas de los árboles. Imágenes importantes para la familia presentadas con mucho estilo en cartulinas también de color morado.
En el banquete tampoco faltaron los detalles especiales en la decoración que le dieron un toque personal como la mantelería morada combinada con el blanco. El morado estaba presente hasta en la comida como en los cupcakes y en la tarta nupcial.
Sin duda, la boda de Aga y Alfonso fue una celebración única y divertida hasta el final de la fiesta. Y es que en el momento del baile, los novios se decidieron a hacer una coreografía delante de sus familiares y amigos.
En definitiva, una boda pensada al detalle en la decoración y la organización de la misma. Tanto la ceremonia como el banquete y la fiesta reflejan un estilo determinado basado en la personalidad y los gustos de los novios. Una boda especial, personal y única en la que el buen gusto y la diversión estuvieron muy presentes.
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