La de Rocío y Carlos es una de esas historias que te gustan en cuanto empiezan a contártela. Se conocían desde los 12 años porque Carlos era el mejor amigo de uno de los primos de Rocío, al que ella veía todos los fines de semana. “Aunque yo no me había fijado en él, siempre me decía que era su amor platónico y que algún día acabaríamos juntos”, nos cuenta la novia. La sorpresa llegó cuando, años más tarde, las predicciones de Carlos se hicieron realidad.
Su boda fue, desde el principio, tan especial como su historia. Y es que, ¿qué mejor que darse el sí quiero en el lugar en el que se conocieron? La finca de la familia de Rocío fue el lugar escogido para celebrar una boda que estuvo llena de detalles que las cámaras de Volvoreta bodas captaron a la perfección.
Para su gran día, Rocío tuvo claro desde el primer momento que buscaría la sencillez. Y lo hizo con un precioso diseño de Isabel Núñez que complementó con una trenza de la que se encargó Jon Sahuquillo y con un maquillaje muy natural de Bobbi Brown.
Los toques finales: una coronita de flores de Cucullia, una mantilla de su abuela, los zapatos de Pilar Burgos, y un precioso ramo de novia de lavanda, muy original elaborado por Married and Co, quienes también se encargaron de la decoración de la finca familiar.
Carlos tampoco quiso perder la ocasión de sorprender con su elegancia y apostó por un chaqué en negro acompañado por un chaleco en camel para la ocasión. Estaba guapísimo.
Como en cualquier boda, la llegada de la novia hasta el altar fue uno de los momentos más emotivos. Acompañada por su padre y por tres pequeños pajes y damitas, muy especiales para la novia, Rocío caminó hasta el sí quiero ante la mirada emocionada de Carlos.
La ceremonia contó como oficiante con un sacerdote tío de la novia, lo que ayudó a que la boda fuese mucho más personal y estuviese llena de detalles. La lectura de Carlos fue otro de los momentos especiales de este día que consiguió hacer llorar a muchos invitados.
Tras el sí quiero llegaron las fotos de los novios que no se quitaban ojo el uno al otro, demostrando en cada una de las imágenes captadas por Volvoreta bodas que están hechos el uno para el otro, tal y como Carlos siempre aseguró a su ya mujer.
El convite se sirvió también en la finca de la familia de la novia que fue engalanada para la ocasión por las chicas de Married and Co. La decoración, excepcional, con un toque muy romántico basado en velas y flores de estilo silvestre, sin olvidarse de la lavanda y la paniculata, hizo las delicias de todos los invitados.
Y finalmente, el baile de los novios, ese momento mágico que los ya marido y mujer Rocío y Carlos compartieron con sus invitados para dar paso a una fiesta, con candy bar y photocall incluidos que duró hasta la madrugada.
Y es que, la boda de Rocío y Carlos es una prueba de que a determinadas parejas las une el destino y luego, son ellos los que diariamente cuidan su amor con gestos y miradas que en su gran día compartieron con todos sus invitados. ¡Enhorabuena a los novios y muchas gracias por compartir vuestra boda con nosotros!
Si te ha gustado esta boda, no te pierdas la de Patricia y Juan, destinados desde el colegio a estar juntos, ni la de Blanca y Juan, en la que la música fue protagonista.
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