Incluso antes de conocer a mi novio ya sabia que mi luna de miel iba a ser en París. Yo nunca había visitado esta ciudad, pero estaba segura de que algo tan importante como la luna de miel iba a ser la oportunidad ideal para ir, y como era de esperar mis expectativas no me decepcionaron.
Un hotel perfecto en París
No se puede elegir la capital francesa para la luna de miel sin buscar un hotel romántico en París para que te de la bienvenida en la ciudad del amor. Nuestra elección recayó en un hermoso hotel situado en el corazón de los Campos Elíseos, que mi marido encontró en Venere.com. Comenzamos el día con un lujoso desayuno y nos aventuramos a explorar los monumentos y los escaparates de tiendas de fama internacional. Me sentí como una princesa cada mañana.
Un comienzo poco común: el cementerio de Montmartre
Elegir visitar a primera hora el cementerio durante la luna de miel puede parecer una locura, pero el cementerio de Montmartre es todo menos sombrío. Situado en la parte norte de la ciudad, sede de la tumbas de muchos personajes famosos. Mi pasión por la literatura y la música clásica me llevó a rendir homenaje a Alejandro Dumas, Stendhal, Berlioz y Offenbach. Pasamos una mañana de domingo de tranquilidad en este lugar, rodeado de flores y encantado por el canto de los pájaros y nos dio horas inolvidables.
Alta cocina y elegancia: una cena en Bateaux Mouche
Antes de partir hacia París ya habíamos reservado una cena de gala en el Bateaux Mouche. La velada, transcurrió entre la música, vestidos maravillosos y delicias culinarias. A lo largo del Sena los bellos monumentos de París, algo que hay que ver al menos una vez en la vida.
Una experiencia íntima: Nenúfares de Monet
La última mañana de nuestro viaje decidimos admirar una de las obras maestras del arte impresionista.
Luego nos fuimos al museo de la Orangerie, donde se alojan los lirios de agua Monet. Estas pinturas monumentales, que ocupan la totalidad de las paredes, deben verse en el estricto silencio durante unos minutos, inmersos en un sueño que deja un recuerdo especial en mi mente.
Nuestro viaje a París, sin duda no era el más típico, pero os puedo asegurar que realmente vale la pena: la única manera de que podáis sentir el aire parisino real, el real, que quita el aliento.
Este post fue escrito por Lia Anna Gerardi, que colabora con el Blog de Viajes Venere.com
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