A día de hoy muchas parejas se enamoran, pero por diversos motivos y circunstancias de la vida se acaban distanciando y separando. Pero no nos pongamos melancólicos, porque cuando se trata de tu media naranja, es evidente que tarde o temprano acabaréis juntos. Y es el caso de Cristina y Alejandro. Ambos se conocen desde pequeñitos, desde el colegio, y estuvieron juntos cuatro años. Luego la vida les separó por vivir en ciudades diferentes y, después de cinco años, se volvieron a encontrar y tuvieron una cita en el altar el pasado 17 de septiembre de 2016.
La pedida de mano fue el verano anterior, mientras disfrutaban de unos días en Croacia. En concreto, la última noche, mientras paseaban por la playa privada del hotel donde se hospedaban. En ese momento, había un chico cantando en solitario con su guitarra la canción Knocking on heavens door, de Bob Dylan, y Alejandro aprovechó la ocasión para arrodillarse ante la mujer de su vida. Debió de ser súper romántico y especial.
Los novios
Cristina, para el día más importante de su vida, tuvo claro desde el principio que se enfundaría en un vestido de Helena Mareque. Un diseño original que destacó por sus bordados y por su toque de color azul. Pero no solo fue el vestido de novia lo que llamó la atención, la capa de terciopelo de color azul que fue creación de la misma diseñadora, también acaparó todas las miradas ese día.
Para el peinado, se decantó por lucir su preciosa melena rubia en un semirrecogido que recogió con una maravillosa corona de Suma Cruz también en tonos azules, a juego con el vestido de novia y los zapatos, que fueron unas sandalias que encontró en Miu Miu de terciopelo azul marino con el tacón recubierto por piedrecitas brillantes. Sin duda, ¡otra joya!
Sobre el maquillaje, sorprendentemente, se maquilló ella, ya que después de realizar varias pruebas, no se identificaba con ninguna de ellas. De joyas, lució el anillo de pedida y los pendientes de zafiro y diamantes que les regaló su madre.
El ramo de novia fue de estilo silvestre en tonos neutros y pasteles donde destacó principalmente la lavanda, y fue obra de la Floristería Arrayán.
Alejandro lució un elegante chaqué azul marino a medida que fue adquirido en Knack Men y lo combinó con una atrevida y acertada corbata roja y camisa azul. Un look de lo más acertado para ir a juego con la novia. ¡No podían quedar mejor!
Ceremonia y banquete
La boda se celebró durante un fin de semana entero a las afueras de Madrid. La ceremonia religiosa se realizó en la iglesia de San Vicente, en Sigüenza, y el convite lo festejaron en la famosa Finca Monte de Cutamilla, un maravilloso paraje natural que no deja indiferente a nadie.
Los dos, tanto Cristina como Alejandro, querían que en el día de su boda hubiese luna llena, de ahí que escogieran el 17 de septiembre de 2016 para darse el “sí, quiero”.
Del catering y de la decoración de la finca, se encargó el grupo Mara Catering, propietarios de la Finca Monte de Cutamilla, y decoraron todo el recinto con un gusto exquisito, donde destacó principalmente el estilo silvestre.
Después de la cena, unos amigos de los novios les sorprendieron con un original y especial discurso, donde contaban toda la historia de Cristina y Alejandro. Y detrás de estas preciosas imágenes está el equipo de Momem Fotografía, quienes plasmaron cada detalle de la celebración con mucho gusto y delicadeza. Captaron cada momento importante, cada sentimiento y cada emoción en fotografías naturales y divertidas con una estética muy cuidada.
Baile de los novios
Como suele ser tradición, el baile lo abrió la novia bajo el brazo de su padre y bailaron juntos la canción de Peter Paul and Mary 500 miles. En cuanto terminó la canción, su marido Alejandro fue en su búsqueda y bailaron juntos su primer baile como marido y mujer con la canción de The book of love, de Peter Gabriel. Una coreografía que prepararon previamente con muchas ganas e ilusión y con la que dejaron a todos los invitados boquiabiertos. Sin duda, uno de los momentos más emotivos de la noche.
Y para no dejar de bailar en ningún momento, los novios tuvieron el bonito detalle de regalar a todas las mujeres de la boda, unas zapatillas Victoria con motivos florales en varios tonos para que el dolor de pies no fuera excusa. Cristina y Alejandro, ¡enhorabuena por vuestro matrimonio y felicidades por esa boda tan bonita!
Lugar de celebración: Finca Monte de Cutamilla | Vestido de novia: Helena Mareque | Tocado novia: Suma Cruz | Zapatos novia: Miu Miu | Traje novio: Knack Men | Floristería: Arrayán | Catering: Mara Catering | Fotógrafo y videógrafo: Momem Fotografía
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