Diego de Miguel se caracteriza por contar historias de amor basadas en pequeños detalles que al final son los más importantes, pero sobre todo por personalizarlas, y dedicar mucho tiempo previo al día de la boda para poder crear un vínculo con las parejas, que para él es lo más importante, no solo ser el fotógrafo. Cada boda es única y por ello le gusta tratarla con esa importancia, algo que nunca se va a repetir.
Fruto de los años como fotoperiodista trabaja desde la discreción absoluta, sin protagonismo alguno, y sobre todo intentando reflejar la simpleza de lo que sucede.