Finca Encinasola está situada a 40 minutos de Madrid en el termino municipal de Navalagamella. Muy cercana a una salida de la M-50. Su cercanía a pueblos como Majadahonda, Villanueva de la Cañada, Valdemorillo, Brunete y El Escorial hacen de Encinasola un lugar idóneo para todo tipo de celebraciones.
Encinasola, antigua granja agrícola, de principios de siglo, es el resultado de una cuidadosa restauración.
Sus acogedoras y amplias estancias perfectamente climatizadas y sus amplios patios y jardines frondosos estimulan los sentidos de sus visitantes. Dispone de una suite para uso exclusivo de sus clientes. Trabajan con empresas de catering de reconocido prestigio.
Nos enamoramos de esta finca en la primera visita y nos continuó encandilando hasta el día de nuestra boda, incluso después. El entorno bucólico es precioso, con una fuerte alma de naturaleza que contribuye a que el día B sea perfecto. La atención profesional es muy atenta, amable, responsable... Para ellas no es solo negocio, sino algo más: un elemento clave en el buen desarrollo tanto de la preparación como de la propia boda en sí. El exterior es precioso para el convite si hace buen tiempo, que es como hicimos nosotros, que era lo que queríamos. Además, cuenta con una casita que incluye suite y cuarto de baño muy coqueta y romántica donde los novios pasan su noche de bodas. Por supuesto que recomendamos la Finca Encinasola, creo que el éxito de nuestro día se debió en gran parte al lugar y la organización.
Gracias por hacer realidad la boda de nuestros sueños, ha sido tal y como la habíamos imaginado. El lugar reflejaba a la perfección como somos nosotros y nos enamoramos en el primero momento que atravesamos la puerta. Gracias por la implicación que habéis demostrado en nuestro día, nos habéis hecho sentir como en familia con toda vuestra atención.
Estamos muy contentos de haber elegido este lugar para nuestra boda, todo salió perfecto. El servicio, la decoración y la atención que pusieron en los detalles hicieron que la noche fuese un momento inmejorable, pocas veces he tenido el plancer de vivir algo así.