Finca Villa María se establece en 1994 en el sector de las celebraciones y cuenta con una extensa experiencia en la organización y desarrollo de todo tipo de eventos.
La Finca cuenta con 10.000 metros cuadrados de terreno repartidos en sus construcciones, jardines y parking privado.
A 10 minutos de Madrid, los clientes de Finca Villa María podrán disfrutar de un espacio único cargado de encanto, con la personalidad de la arquitectura antigua y la comodidad de las instalaciones actuales.
Finca Villa María pone a su disposición dos espacios diferenciados e independientes para todo tipo de celebraciones:
El Palacete de Villa María. Antiguo Palacete de principios del siglo XX con bonitos jardines, pabellón acristalado con vistas a los jardines y espacio independiente para discoteca ubicado en las antiguas cocheras.
La Casa del Cenador de Villa María. Casa de principios del siglo XX con espacios para cocktail y discoteca, jardín con cenador y terraza acristalada con vistas al jardín.
Nuestros espacios están pensados para albergar todo tipo de celebraciones: bodas civiles (en nuestros jardines o en el interior del Palacete o la Casa del Cenador), bodas de invierno (con la calidez y el encanto de la chimenea encendida), comuniones y bautizos y eventos corporativos.
Finca Villa María tiene cocina propia. Nuestro chef propone unos exquisitos menús amplios y flexibles que permiten a cada cliente diseñar el evento a su medida.
Queremos ofrecerle un evento único y ponemos a su disposición un amplio catálogo de servicios; entre ellos, el asesoramiento gratuito para la personalización y organización de la celebración.
Gracias por confiar en nosotros.
Terrible atención. No nos guardaron la finca a pesar de hablarles nuestro interés y en seguida se la dieron a otro "postor" sin avisarnos si quier
La finca está situada a pocos kilómetros de Madrid y tiene dos espacios: el Palacete y el Cenador. Nosotros lo celebramos en el Palacete: en el jardín donde dimos el cóctel y nos hicimos las fotos. La cena fue en el salón acristalado con vistas al jardín y la discoteca en otro espacio independiente que eran unas antiguas cocheras.La finca disponía de cocina propia. Los platos riquísimos, de hecho nos costó decidirnos el día de la prueba del menú. Los invitados destacaron la calidad y la presentación de los platos. Todo salió perfecto y pudimos disfrutar de ese día sin preocuparnos: tiempos bien gestionados, comida buenísima y trato estupendo.