Jorge Alvarez comienza en 2005 en el barrio Salamanca, pero sus raices estaban con Concha Álvarez muchos años atrás. Concha, madre de Jorge y diseñadora patronista de reconocimiento internacional en firmas como Loewe, Dorsay, Pepe Arellano, Cortefiel y muchas otras.
Jorge aprendió desde muy pequeño el valor de la costura, las fases para poder expresar una idea en un diseño, y valor de crear un vestido para que el resultado final sea único e inmejorable.
Cada novia, es un mundo, y cada vestido un sueño. Jorge Álvarez acompaña a cada novia en su primer boceto, en su primer toile, a la elección de las telas más apropiadas, siempre de la mano de las mejores calidades, siempre cercanos, escuchando cada inquietud por mínima que sea. Hacen que cada prueba del vestido sea una realidad y un paso para que cada novia sienta seguridad y para que el resultado final sea mejor que el esperado. Jorge Álvarez crea un enlace de amistad con cada una de las novias que sobrepasa lo profesional, y así poder volver con confianza para otros eventos.
Ha sido una gran suerte encontrar este taller. Lo encontré por internet buscando para mi traje de madrina y la intución no me falló.
El trato de Gemma es excelente. Se incluyeron todas las ideas que yo tenia para el vestido sobre un diseño de Jorge ya de por si precioso, para adaptarlo a mis gustos y a medidas. Las recomendaciones de Gemma en el proceso fueron todas acertadísimas y disfruté casi tanto del proceso como en el día de la boda. La calidad de la seda es increible, su caida y su brillo suave. Y el precio, la verdad es que lo encuentro muy ajustado con respecto a la calidad. Antes de visitarlos fui a algun otro taller y aunque los vestidos me gustaban los precios se disparaba, en mi opinión, sin mucha justificacion.
Ahora me estoy haciendo un vestido para otra boda en el que voy de invitada.
Gracias, por hacerme setir tan guapa y tan cómoda ese día tan especial.
No tengo palabras para expresar la profesionalidad y buen hacer así como para agradecer a Gema el trato recibido en cada una de las pruebas que tuve con ella.
Desde que entré por la puerta y le dije lo que tenía en mi cabeza supo plasmar perfectamente la idea y finalmente lucí el vestido que había soñado tantas veces.
Era un vestido tan clásico y elegante con sus mangas abullonadas preciosas y una cola larga plisada que era un sueño.
Gracias por hacer tan especial cada una de las pruebas y sobretodo mi gran día.