Tras más de 20 años de éxito en la Finca El Campillo, las hermanas Ana y Cristina González-Navarro emprenden con este nuevo proyecto situado en plena naturaleza, LA HACIENDA by EL CAMPILLO donde seguirán demostrando su savoir faire, buen gusto y cuidado al detalle.
La finca cuenta con varios espacios al aire libre; la lonja, el patio de la fuente, el patio de la estrella, el jardín del porche y los soportales.También cuenta con un espectacular invernadero de más de 500m2 y un salón de 150m2 para eventos más íntimos.
El Campillo catering and deco se encarga de la gestión completa de vuestra boda. El servicio incluye el uso en exclusiva de la finca, un puesto de bienvenida, cóctel con puestos de bebida y comida + 12 aperitivos, menú de primero, segundo y postre para la comida o cena con opción de hacer cóctel reforzado, mobiliario y decoración de mesa con centros de flor natural de temporada, papelería, servicio de camareros, 4 horas de barra libre con recena, servicio de DJ y suite para los novios.
Las posibilidades son infinitas para celebrar cualquier tipo de evento, ya sea una boda en petit comité o una boda a lo grande.
LA HACIENDA by El CAMPILLO se ha convertido es una de las top de Madrid en menos de un año.
Desde el momento que llegas a la Finca la experiencia es mágica!! No he visto sitio más espectacular que esté sus jardines son bellos , la decoración en los salones de fiesta son espectaculares y hacen un ambiente que te hacen sentir muy a gusto. Annie y Cristina son muy detallistas en su trabajo , en nuestra 2 fiestas no faltó detalle que no que no cubrieran, fueron las FIESTAS MÁS DIVERTIDAS que hemos atendido. La comida fuera de serie !! El DJ (la Musica ) demasiado buena, nos tuvo bailando toda la noche. Gracias muchas veces por esta experiencia , ya empiezo a planear mis próximas fiestas en La finca.
Sabemos que una boda de calidad es cara, muy cara. Y más en Madrid. Pero cuando se paga excesivamente, a sabiendas de que hay partidas muy sobrevaloradas, lo que esperas es una atención muy cuidada y detalle al milímetro. Sin embargo, en nuestro caso, no podemos afirmar que la atención fuese personal, cercana y cuidada. Al contrario, para nuestra sorpresa y malestar, nos sentimos totalmente abandonados por parte de la finca, teniendo que estar detrás de ellas la misma semana de la boda, ya que ellas no se ponian en contacto con nosotros para organizar nada. Eso sí, para cobrar y exigir pagos sí eran tremendamente puntuales y meticulosas, lo cual no nos parece mal, pero si exiges a los clientes, también debes entregar servicio y calidad. El día de la boda, habían confirmado y habíamos pedido que alguna de las dos responsables estuviese durante la misma. Ninguna de las dos se pasó ni 5 minutos y ni siquiera llamaron ni nos preguntaron nada al día siguiente. La boda terminaba a las 12 de la noche y a las 23.30 el metre cortó la luz sin avisar. Las luces de fuera, de toda la finca y la música, ante nuestro desconcierto y el del resto de invitados. También habíamos pedido y avisado que varios de los invitados seguramente querrían repetir algún plato. Nos confirmaron que no habría problema y el día de la boda, el metre vino a nuestra mesa a indicarnos que había invitados que querían repetir plato y no había comida suficiente para todos aquellos que querían repetir, lo cual no quita que la calidad y preparación del convite fuese muy buena. En general, la boda salió muy bien y como esperábamos, pero consideramos que una finca con tanto buen renombre, no podía fallar en esos detalles o "gestos" que tuvieron con nosotros.
Desde el momento en el que visitamos por primera vez Hacienda el Campillo , nos enamoramos del sitio, de los colores del campo, la placita interior, los soportales con las cuadras de los caballos, y de la luz del salón principal. Pero además, conocimos a Cristina y equipo, y supieron dar respuesta a todas las dudas que teníamos y darnos la tranquilidad de que todo iba a estar en buenas manos. Y así fue. Tanto mi marido como yo nos hemos dedicado a montar eventos y hemos estado en muchos, y el de nuestra boda fue el más fácil con diferencia. Nuestra boda fue el 30 de octubre de 2022, amenaza lluvia, y hasta el último momento el equipo de Hacienda el Campillo mantuvo varias opciones para el cocktail que en principio habíamos planteado en el exterior. Destacaríamos la decoración del salón con plantas y colores del otoño cogidas del campo ese mismo día, y la calidad del catering (y del vino!!). Un 10 total. Repetiríamos con los ojos cerrados.