La historia de una gran foto está en el ojo que la captura.
Monica Prytz no es una fotógrafa de bodas habitual, se deja llevar por el momento, no tiene un patrón de poses; disfruta lo que hace y se nota en sus fotografías y en su manera de trabajar. Cuando ve que en el camino hay un rincón bonito para hacer una foto, allí os llevara y justo en el momento en el que os olvidéis que estáis delante de la cámara, allí estará para capturarlo. Esos son los momentos que busca; los que aparecen solos, sin forzarlos.
Si hay algo que necesitáis saber sobre ella, es que le apasiona lo que hace y realmente se preocupa por todos los novios asegurando capturar su preciosa historia de amor.